Se reactivan las industrias que el agro necesita
De a poco se despiertan algunos sectores que estaban dormidos y necesitaban impulso para seguir creciendo. La maquinaria agrícola es un claro ejemplo del derrame en la economía.
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Hoy, la cadena está levantando vuelo.
Desde que perdimos nuestro lugar de privilegio, como productores alimenticios, a mediados del siglo pasado, la política ha tendido a manejar la economía en forma más próxima al estatismo mercantilista que a la libertad económica. Ha intentado redistribuir ingresos a lo largo de la cadena agroindustrial. Favoreciendo a unos en desmedro de otros; y así corrompiendo la competitividad global de la cadena.
De esta forma, los platos rotos fueron pagados, a la larga, por toda la sociedad. Incluso por los más pobres, a quienes se pretendían favorecer.
Hoy, la cadena está levantando vuelo. Y en este fenómeno - tan alentador, por cierto- es el eslabón agrícola-ganadero el que motoriza la cadena.
Un año bisagra
Este año se convierte en bisagra. Ahora la cadena se ha despertado. El eslabón primario, ligado a la explotación de la Pampa Húmeda, se ha puesto en el centro de la escena. No sólo para entregar mercadería aguas abajo. También, para aumentar la producción de insumos y maquinarias importados o nacionales. Y al quitarse los ROE, la producción de maíz y trigo se prepara para una mayor producción -y así disminuir el protagonismo oleaginoso- y avanzar sobre los mercados del mundo. Lamentablemente, la inercia impositiva y falta de implementación de alternativas pone serias dudas sobre el compromiso oficial de reducir 5 puntos los derechos para la soja.
