El negocio lácteo no logra salir de su laberinto

El clima complicó aún más la situación. Ahora la producción de leche cayó a niveles históricos, mientras las principales usinas lácteas atraviesan problemas financieros.

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El negocio lácteo no logra salir de su laberinto.

El negocio lácteo no logra salir de su laberinto.

24deFebrerode2017a las15:29

Con niveles de producción similares a los de mediados de los ´90, ahora nuevamente por debajo de los 9.000 millones de litros, si algo le faltaba a la lechería argentina eran las últimas contingencias climáticas, golpe de gracia para una actividad que vivió su propio vía crucis desde 2005, cuando se convirtió en el primer rubro al que le aumentaron las retenciones en la década pasada.

Control de precios, regulaciones, Roes blancos, permisos de exportación, precios "sugeridos", además de los mencionados impuestos a la exportaciones, y precios de "corte" fueron algunas de las medidas que conformaron un cóctel destructivo que, primero, estancó la actividad en alrededor de los 10.500 millones de litros que se habían alcanzado a finales de los ´90, para luego aumentar levemente a 11.500 millones y desplomarse en estos últimos períodos, sin que se prevea aún el piso.

Hay, sin embargo, algunos datos a incorporar en el análisis. Por un lado, hasta 2013/4, si bien se seguían cerrando tambos en forma continua, en general las "lecheras" eran absorbidas por otros establecimientos, lo que ahora no está ocurriendo. Se estima que la baja registrada en el rodeo ya alcanza 20%, quedando un stock de apenas 1,7 millón de vacas de tambo.

Otra diferencia es que, más allá de los cuestionamientos, el sector industrial estaba más o menos equilibrado, lo que ahora no ocurre y queda demostrado por la situación económico-financiera de las principales usinas del país, hoy muy comprometidas. Entre otras cosas, las altas cargas laborales, la creciente presión sindical, y la cantidad de mano de obra, respecto a países competidores, figuran entre los rubros que generan más quebranto. De hecho, fuentes del sector destacan que, globalmente, en equivalente litros de leche, mientras Argentina procesa alrededor 800 litros por empleado, en EEUU la relación es de 5.600 a 1, y en Nueva Zelandia asciende a 12.000 a 1.