Maíz: golpes de calor reducen hasta un 48 % el tamaño de los granos
Así lo determinó un estudio realizado por investigadores del INTA, la Universidad de Buenos Aires y la de Lleida –España–.
Este dato resulta fundamental para las etapas de cosecha, transporte, almacenamiento y molienda seca, entre otros.
Conocido por ser uno de los cereales más importantes del mundo, junto con el trigo y el arroz, el maíz es una de las principales fuentes de carbohidratos y energía. Gracias a la diversidad de sus variedades y multiplicidad de usos, el maíz es cultivado en casi todos los rincones del planeta. Sin embargo, los ascensos abruptos de temperatura registrados en los últimos años pueden impactar tanto en la productividad como en la calidad del cereal.
Así, un equipo de investigadores integrado por especialistas del INTA San Luis, la Universidad de Lleida –España– y la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) analizó qué le sucede a las plantas de maíz cuando son expuesta a temperaturas superiores a los 35 °C y cómo eso puede repercutir en la composición química de granos, entre otros aspectos.
Luis Mayer, especialista en ecofisiología del INTA San Luis, señaló que “que los golpes de calor que ocurren en la etapa de posfloración causan estrés en el cultivo”. Y agregó: “Este efecto se percibe a campo; las plantas retraen su ritmo de crecimiento por verse afectada su capacidad fotosintética, y esto en definitiva limita la posibilidad de llenar los granos por completo”.
El conocimiento actual sobre el impacto de los golpes de calor en la composición química de los granos de maíz todavía es escaso. El equipo encabezado por Mayer se enfocó en profundizarlo debido a que “se prevé que en los próximos años la ocurrencia de temperaturas superiores a los 33 y 35 °C sea aún más frecuente”, indicó el especialista del INTA.
Ahora bien, se sabe que la composición química del maíz se define en la etapa de llenado activo de los granos. Durante dicho periodo, los factores del ambiente como la oferta de radiación, la disponibilidad de agua y nutrientes y, eventualmente, la incidencia de golpes de calor, influyen en la performance de las plantas no sólo el tamaño, sino también la acumulación de las distintas proteínas del grano.