Una maleza exótica desvela a ganaderos patagónicos

Crece de forma tan agresiva que, según estudios de la FAUBA, está presente en el 66% de los campos del pastizal de Tierra del Fuego y ya se la encontró en Santa Cruz.

Es una hierba emparentada con la lechuga.

Es una hierba emparentada con la lechuga.

22deJuniode2017a las09:19

Los productores ovinos de la provincia más austral del país enfrentan un nuevo problema productivo que día a día cobra más relevancia: la invasión de sus campos por la maleza exótica Hieracium pilosella. Por esa razón, investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), junto a colegas de otras instituciones, estudiaron sus características y las posibles alternativas de control. Los resultados encienden una luz de alarma, ya que la velosilla fue detectada en la mayoría de los establecimientos relevados, donde podría afectar de manera severa la producción de forraje para las ovejas.

“Luego de 10 años de estudio tenemos una idea bastante acabada de cómo se distribuye y de cuán abundante es esta maleza en la estepa fueguina. La encontramos en 132 de los 200 sitios que visitamos, ubicados en toda la estepa y en varios establecimientos ovinos, abarcando una superficie de 5000 km2. Los productores están preocupados por dos razones: la velosilla es muy difícil de erradicar y puede reducir drásticamente la producción de forraje para las ovejas. De hecho, en Nueva Zelanda provocó que muchos productores directamente abandonaran sus campos. Acá, por el momento, su cobertura general es baja”, señaló Pablo A. Cipriotti, docente del Departamento de Métodos Cuantitativos y Sistemas de Información de la FAUBA.

“Esta planta exótica ya está instalada en los pastizales naturales de Tierra del Fuego, donde cubre menos del 1-2% de la superficie. Sin embargo, en terrenos modificados, como pasturas abandonadas, áreas quemadas, canteras y oleoductos, hay manchones con coberturas superiores al 30%. Probablemente estemos presenciando la explosión del proceso de invasión que, a la larga, puede hacer que los campos produzcan menos animales”, advirtió Cipriotti, quien estudia este problema junto con el INTA, el Museo Argentino de Ciencias Naturales ‘Bernardino Rivadavia’ y la Secretaría de Recursos Naturales de Tierra del Fuego y el SENASA.

Un implacable enemigo vegetal

Según cuenta Cipriotti, quien también es investigador adjunto del Conicet, H. pilosella es originaria del norte de Europa y oeste de Asia, y se extiende a través del sur de Inglaterra, norte de Alemania, Francia, Polonia y la República Checa, entre otros países. En los años ‘40 y ‘50 llegó a Australia y a Nueva Zelanda, donde por su agresividad generó problemas productivos muy graves durante la década del ochenta. “Desconocemos exactamente cómo sucedió, pero ahora está aquí. Los ganaderos y funcionarios ya perciben su presencia como una amenaza”.