Comunidades originarias producen la lana más cara del mundo

La búsqueda por ampliar sus derechos como nativos resultó en un proyecto de aprovechamiento productivo inter-institucional.

Las vicuñas se alimentan de pastos y pequeños arbustos. Estos camélidos habitan las altiplanicies de la Puna en alturas mayores a los 3.000 metros.

Las vicuñas se alimentan de pastos y pequeños arbustos. Estos camélidos habitan las altiplanicies de la Puna en alturas mayores a los 3.000 metros.

05deSeptiembrede2017a las16:42

La vicuña (Vicugna vicugna), pariente de la llama y del guanaco, habita el noroeste de la Argentina y desde hace años su lana es la más cara del mundo: casi U$S500 por kilo. Tras siglos de ser cazadas por su fina y valiosa lana, la especie pasó de 3 millones a 10.000 individuos y quedó al borde de la extinción.

Por ello, en la década del ‘60 se generaron convenios para regular su explotación y comercialización. Con el éxito de los tratados y el consecuente crecimiento de la población de vicuñas, los pueblos originarios le reclamaron a instituciones estatales capacitación para recuperar y actualizar el chak’u, una práctica de encierro y esquila en silvestría que realizaban sus antepasados, y para continuar avanzando en sus derechos como nativos.

La principal población de vicuñas se encuentra en la Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador y Perú. Durante la década del ’60, la caza furtiva la puso en peligro de extinción. Por eso, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) prohibió tanto su comercialización como también cualquier otra práctica que afectara su dinámica poblacional.

Gracias a esta medida aumentó notablemente la cantidad de vicuñas en el continente y en el país, por lo que, en 1997, las provincias de Jujuy y Catamarca cambiaron sus estatus dentro del tratado para empezar a aprovechar la especie bajo ciertas prácticas y protocolos. “Para el principio del 2000, los pueblos locales de Jujuy consideraron que podían incorporar la vicuña a sus estrategias de desarrollo agropecuario, y que para ello se necesitaría un equipo que los capacitara en el manejo”, afirmó Carlos Cowan Ros, docente de la Maestría en Desarrollo Rural de la Escuela para Graduados de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA).