NOA: claves para elegir una forraje megatérmica ideal

El uso de pasturas megatérmicas es una tecnología que ofrece una mayor producción y estabilidad de materia seca digestible.Brindan pautas para incrementar la productividad en los sistemas ganaderos de la región.

22deAgostode2019a las06:40

Destacada por su secuencia de ambientes muy diversos, la región NOA se caracteriza por tener suelos muy variados que van desde los arenosos y francos en el oeste hasta los arcillosos y limosos en el este. A su vez, cuenta con un régimen de lluvias que oscilan entre los 800 y 1.500 milímetros desde la primavera hasta el otoño e inviernos secos.

En este contexto, la producción de pasturas megatérmicas se concentra en el período estival y genera una escasez de forraje durante 100 y 150 días, según el año. Para resolver esto, resulta clave la incorporación de especies de mayor estabilidad productiva y adecuación a los efectos climáticos. Recomendaciones del INTA para elegir la correcta.

Fernando Nenning –especialista en pasturas megatérmicas del INTA Formosa– destacó que el uso de especies plásticas debido a su gran poder de adaptación y tolerancia a las diferentes condiciones ambientales, como bajas temperaturas, sequías o excesos hídricos. “Para potenciar las habilidades de estas especies, es necesario la consociación con otras gramíneas o leguminosas”, afirmó.

“Existe un número significativo de forrajeras tropicales de distintas características adaptadas a los diferentes ambientes de la región”, aseguró Nenning. “Cada una genera un salto productivo en comparación a la vegetación natural, sumado a que muchas brindan servicios ecosistémicos como captación de carbono, fijación de nitrógeno y retención de agua”, agregó.

Y subrayó: “Para incrementar la productividad de los sistemas ganaderos de la región, se requiere aumentar la superficie de estas pasturas que, en su mayoría, son más productivas y de mejor calidad que el pasto natural”.

A su vez, el técnico explicó que implementar un manejo estratégico que incremente su consumo sin afectar su persistencia es otra de las patas que convierte al negocio en más sustentable, sostenible y rentable.

Una especie para cada ambiente

En este sentido, destacó el potencial de la Grama rhodes (Chloris gayana) por ser una especie que posee once cultivares diferentes y, por ende, un gran poder de adaptación a distintas condiciones ambientales. Además, es perenne de crecimiento estival y de porte erecto de tamaño medio, al tiempo que posee guías que enraízan en los nudos, característica que permite cubrir rápidamente el suelo y competir con las especies nativas.

“Esta especie se destaca por su fibroso y vigoroso sistema radicular que le confiere cierta resistencia a la sequía”, detalló el técnico, quien recalcó la capacidad para adaptarse a los suelos arcillosos y la tolerancia al frío, a las sequías y a la salinidad. “Se reproduce por semillas y es de rápida implantación, con muy buena resiembra natural”, agregó Nenning.