Pensando en la nutrición y en el ambiente

En el marco de Mercosoja, varios especialistas aportaron su visión y experiencia referida al uso y demanda de inoculantes y fertilizantes centrados en el cultivo.

17deSeptiembrede2011a las08:06
Una de las visiones más interesantes fue la de la experta brasilera Mariángela de Hungría, quien sintetizó que “el gran interés comercial que existe en torno a la agroindustria de la soja se encuentra principalmente en el alto contenido de proteína del grano, pero sólo para la planta que tiene demanda de nitrógeno”, y destacó que “la contribución a la fijación biológica de la soja en el Mercosur es un ejemplo exitoso reconocido internacionalmente y debe ser abonado a la perseverancia de los distribuidores de tecnología e investigadores, quienes buscan alternativas con bajo costo ecológico para el agricultor”. Luego, apuntó que “sólo en Brasil, el ahorro anual estimado por el proceso biológico gira en por lo menos 7.000 millones anuales”. Entre los beneficios ambientales destacó la menor contaminación de lagos, ríos y aguas subterráneas por nitratos, evitando futuras inversiones en la remediación ambiental, así como reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Para finalizar, la brasilera advirtió que “ todo el avance se puede perder en sólo una generación de utilización de tecnologías inadecuadas”.

A su turno, el especialista argentino Gustavo Ferraris indicó que “los planteos tecnológicos de alta producción de soja incluyen hoy el uso de fertilizantes fósforo-azufrados y también la inoculación como modo de proveer nitrógeno al cultivo. Sin embargo, en cultivos de alto rendimiento o sobre suelos altamente degradados, otros elementos, denominados micronutrientes, podrían impulsar la producción”.

También remarcó que el bajo requerimiento de los micronutrientes amplía el espectro de fuentes y formas de aplicación. “En este sentido, se ha evaluado la posibilidad de aplicarlos al suelo, sobre semillas, o mediante aplicaciones foliares. Esta última es una de las más frecuentes, siendo aplicados cuando el cultivo ha logrado suficiente expansión foliar para su absorción, se encuentre en un estado de elevada demanda de nutrientes y, en lo posible, coincida con la aplicación de otros agroquímicos destinados a la protección del cultivo, disminuyendo así costos operativos”, finalizó.