Cambiar o seguir perdiendo oportunidades
La apertura de exportaciones de maíz de septiembre tuvo un fracaso tremendo, el Gobierno pretendía el ingreso de más de U$S 600 millones y solo ingresaron hasta ahora, no más de U$S 50 millones.

Cuando todavía varios de los ganadores que no fueron del Gobierno para que quede claro seguían festejando y anunciando de alguna u otra manera sus aspiraciones presidenciales para el 2015, la Corte anunció la constitucionalidad de la Ley de Medios, ocupando nuevamente el centro de la escena política Argentina. Por otro lado, ya metiéndonos en mi sector, la Argentina oficialmente ya perdió el primer lugar de ventas de Trigo a Brasil, a manos de Estados Unidos.
Asimismo la apertura de exportaciones de maíz de septiembre tuvo un fracaso tremendo, cuando como comentaba en una nota pasada, el Gobierno pretendía el ingreso de más de U$S 600 millones (con la exportación de 3 millones de toneladas) y solo ingresaron hasta ahora, desde la apertura, no más de U$S 50 millones (con suerte 240.000 toneladas exportadas).
Escuchamos estos días que desde Comercio Interior se estarían pensando en bajar las retenciones a la carne con anuncios de bombos y platillos para fomentar el movimiento y algo la exportación, ya que la sobreoferta de carne actual en el país es alta, aunque no se recuperan aun las cabezas perdidas desde el 2008. Pero lo más insólito que escuchamos este fin de semana, es algo sobre el análisis de la inflación: Si la carne no aumenta hace 3 años, de que inflación me hablan, se escuchó por ahí de una voz oficial de gran peso.
Al ver esto, por más que mi actitud y positivismo sean importantes, no les voy a negar que estoy un poco golpeado...Yo puedo hasta entender que por estrategia política desde el Gobierno no se quieran admitir las derrotas, que las formas (y soberbia) les haga pensar que este modelo nacional y popular funciona. Ahora bien, cuando la realidad es tan obvia, tan transparente, y se sabe que las cosas se pueden cambiar, y no se quieran hacer por alguna razón ideológica o vaya uno a saber por qué, ya me ponen de mal humor.