Desde el corazón de una Lexion
Detalles de la principal planta de la marca en Alemania: Harsewinkel. Los procesos, los recursos humanos y la tecnología que hace posible mantener por más de un siglo el liderazgo.
Unas 30.000 personas visitan cada año la planta de CLAAS ubicada en Harsewinkel, la pequeña localidad ubicada a una hora y media de viaje de Hannover, hacia el Este, y a unos 430 kilómetros de la ciudad de Berlín. Esta es la principal planta de la fábrica de maquinaria agrícola alemana. En este lugar se escribieron los inicios de la empresa familiar, aquí mismo vive el actual líder de la compañía, Helmut Claas, y a este lugar también llegaron 45 invitados de CLAAS Argentina.
El lugar es imponente. Unas 400.000 máquinas se han construido en esta fábrica que se terminó de reestructurar en 2003, convirtiéndose en una de las principales plantas de producción de alta tecnología de cosechadoras y picadoras de todo el mundo, tras una inversión de 55 millones de euros.
En Harsewinkel se lideran los procesos de producción y logística inteligente, y la aplicación de normas para la protección del medio ambiente. Acá se fabrican 40 cosechadoras al día. Cada 15 minutos sale una cosechadora al mercado. Muchas de ellas son subidas al tren que une a la planta con el puerto de Hamburgo, desde donde parten, por ejemplo, hacia Zárate, en la provincia de Buenos Aires. Aquí también se fabrican de 3 a 4 tractores y unas 15 picadoras al día. A su vez, la empresa produce 20.500 cabinas por año en sus plantas de Harsewinkel y Le Mans. La mayor parte de ellas son destinadas a las máquinas propias, pero alrededor del 4% van a clientes externos. Hasta la fecha, CLAAS ha fabricado 351.000 cabinas.
Desde su nacimiento hace 100 años, la empresa ha patentado 5.878 innovaciones, es decir, una por semana. Cada uno de los productos que salen de los talleres de CLAAS es el resultado de un largo y riguroso proceso de Investigación y Desarrollo. Por ejemplo, la Lexion 780 –la cosechadora más grande del mundo– fue diseñada y desarrollada por 100 ingenieros del Departamento de Investigación y Desarrollo, a los que les tomó un total de 70.000 horas el proceso de diseñar cada componente y llevar la máquina completa a la línea de fabricación. En el caso de los tractores, cada uno de sus componentes es testeado por un total de 35.000 horas.
La recorrida
El grado de seguridad industrial que tiene la planta de CLAAS en Harsewinkel hace posible recorrerla, por ejemplo, sin casco. Naves de 22 metros de altura albergan líneas de montaje por producto donde los operarios trabajan en tres turnos que nunca superan las 10 horas cada uno.
En la recorrida se pueden ver partes de máquinas, luego máquinas en partes y aquellas que ya están listas, y son sometidas a un testeo en más de 250 puntos que hacen a su funcionamiento.
Ser parte de CLAAS no es tarea fácil. La empresa apuesta muy fuerte a la capacitación y al entrenamiento de su personal. Luego del bachillerato, los jóvenes aspirantes a formar parte del equipo deben capacitarse durante 3 años en lo que ellos llaman La Academia. Luego, podrán comenzar a trabajar aquí o bien continuar sus estudios universitarios. El entrenamiento, por el que reciben un salario que va de 1300 a 1500 euros por mes, se realiza en la misma planta. Durante el ciclo 2011/12, la firma incorporó a 2448 pasantes, especialmente para su área de investigación y desarrollo. En tanto, trabaja con 22 instituciones educativas acreditadas alrededor del planeta.