La rotación, principal socio de la alta producción
En el establecimiento El Umbral, sede de Expoagro 2014, técnicos y productores repasaron el manejo intensivo.
Nicolás Viramonte (Valley), y Guillermo Gerster (Inta Roldán), dos de los disertantes en la jornada en El Umbral (La Voz).
En el establecimiento El Umbral, la soja y el maíz temprano ya están a punto para la cosecha. El estrés hídrico y las altas temperaturas de diciembre y enero, cuando transitaron su etapa crítica, no se les nota.
El riego complementario ayudó a ambos cultivos para llegar en buena forma al final del ciclo y a estar en óptimas condiciones para el 12 de marzo, cuando el predio ubicado en el kilómetro 214 de la autopista Buenos Aires-Rosario-Córdoba, reciba a la octava edición de Expoagro. Como una forma de ir preparando el ambiente, esta semana hubo una parada previa: la cuarta jornada de alta producción bajo riego complementario, convertida en un clásico en vísperas de la megaexposición.
Campo núcleo
Con una historia agrícola que incluye más de 10 años de siembra directa, El Umbral trabaja bajo un modelo agrícola que incluye de manera protagónica a las gramíneas de invierno. En su suelo, argiudol vertico de la serie Ramallo, en el que el horizonte B (una de las capas más próxima a la superficie) es sumamente arcilloso y aparece como una limitante para el modelo agrícola, la incorporación del trigo es clave. La estructura radicular del cereal ayuda a abrir el perfil y permite la infiltración del agua, que en esta campaña fue abundante en la zona.
“En esquemas agrícolas de altos rendimientos, la siembra directa es importante, pero no suficiente. Se necesita en forma indispensable de la rotación. Dentro de esa requisitoria, el trigo tiene una gran capacidad para explorar el suelo con sus raíces. Su sistema radicular genera poros que son utilizados por los otros cultivos. Por eso, la importancia de recuperar las gramíneas de invierno dentro del esquema de producción”, sostuvo Guillermo Gerster, del Inta Roldán (Santa Fe), durante su exposición, referida al manejo del suelo en sistemas de alta producción.
El técnico destacó la potencialidad agrícola de estos suelos de la zona núcleo del noroeste de la provincia de Buenos Aires. “Tienen una productividad del 80 por ciento, limitados por el perfil arcilloso, que hace lenta la filtración del agua”, agregó Gerster.
Los 500 milímetros de lluvias aportados entre enero y febrero en la zona han sido bien recibidos por los cultivos más tardíos. “El régimen anual oscila entre mil y 1.100 milímetros de agua, por lo que ya estamos con la mitad del aporte en los primeros dos meses del año”, comentó Lucas Gómez, encargado del establecimiento.
Más allá de la presencia de arcilla, el suelo en El Umbral tiene una alta capacidad de reserva de agua útil hasta los dos metros de profundidad. Se ha llegado a medir hasta un volumen de 300 milímetros.
“Esto es fundamental”, destacó Gerster. “En estado reproductivo, la soja evapora hasta ocho milímetros de agua por día. Si no tiene reservas, o en su defecto el apoyo del riego, ingresa en estrés”, apuntó el técnico del Inta.
Luz y compactación