Soja: Una campaña con sorpresas

Esta campaña nos propone el desafío de encontrar a través del análisis de lo ocurrido, la alta variabilidad en cuanto a rendimientos por efecto del clima.

Soja: Una campaña con sorpresas
04deAbrilde2014a las08:20

Esta campaña nos propone el desafío de encontrar a través del análisis de lo ocurrido, la alta variabilidad en cuanto a rendimientos. Si la “fórmula ganadora” propuesta como paradigma zonal era sembrar a partir de la segunda semana de octubre grupos de madurez III sobre maíz para obtener los máximos potenciales, esta vez no fue tan así.

Primero, es necesario interpretar el “año raro” que tuvimos en cuanto a pronósticos extendidos, que indicaban un escenario que no fue tal en cuanto a precipitaciones y temperaturas. Fueron pocos los lotes que permitieron sembrarse en octubre; generalmente fueron los lotes muy bien manejados en cuanto a disponibilidad de humedad en los primeros centímetros de suelo (bien rotados) y con un eficiente control de malezas. La estrategia de siembra en esas fechas era buscar en un “año seco”, como indicaban los pronósticos, aprovechar ese muy buen ambiente generado y explotarlo con un material III de alto potencial.

Pero no fue así. Es más, se experimentaron durante la campaña condiciones límites en cuanto a temperatura y humedad, ya desde su comienzo, con un final de diciembre y principio de enero récord en cuanto a altas temperaturas; teníamos cultivos de soja en estadios reproductivos, justamente cuando es más sensible a cualquier tipo de estrés.

Recordemos que la temperatura media óptima para el cuajado de las vainas va de 20 a 27 grados centígrados, y en ese período en nuestra zona tuvimos mínimas que no bajaban de los 30 grados.