Mayor producción con pastos protegidos
Cuando se implanta una pastura, el objetivo es maximizar su aprovechamiento por los siguientes cuatro años y los insectos resultan una amenaza para lograrlo.

La rápida y eficiente implementación de una pastura resulta fundamental para asegurar la provisión de pasto de calidad y en abundancia por los siguientes cuatro años.
Sin embargo, el objetivo puede verse amenazado por la presencia de malezas, insectos u hongos, o por hacer las labores en una fecha incorrecta, con poca humedad al momento de la implantación o deficiencias en la densidad de siembra de cada especie integrante de la mezcla, entre otros motivos.
En ese sentido, un factor muy importante a tener en cuenta es la presencia de insectos ya que éstos pueden afectar las pasturas en sus primeros estadios, con daños que van desde las pérdidas algunas plantas hasta el deterioro total del cultivo.
Entre los insectos que afectan estos forrajes, tanto a las leguminosas como a las gramíneas, los más importante son los del suelo en el período de germinación-emergencia.