En el sudeste, el girasol le gana al maíz y a la soja
En planteos de alta producción de esa región el cultivo marca un liderazgo entre los cultivos de la cosecha gruesa.
Siembra directa, manejo por ambientes, dosis variables, fertilización y riego son algunas de las tecnologías que Eduardo Barrios aplica.
Un productor de Chapadmalal mostrará el altísimo potencial productivo y económico del cultivo de girasol en el Congreso de ASAGIR, el 27 de mayo en Buenos Aires. Siembra directa, manejo por ambientes, dosis variables, fertilización y riego son algunas de las tecnologías que Eduardo Barrios aplica sobre todos los cultivos, incluido el girasol. Señala a la oleaginosa como el mejor antecesor de trigo y colza, con fuertes ventajas sobre el maíz y la soja. Ya alcanzó los 4.000 kilos por hectárea. Considera que con genética de mayor potencial de rendimiento y ajustando la fertilización el techo está lejos.
Mientras que en el sudeste la soja se muere de frío, el girasol ya pisó los 4 mil kilos y va por más. En planteos de alta producción de esa región el cultivo marca un liderazgo entre los cultivos de la cosecha gruesa. Así lo demuestra Eduardo Barrios, asesor técnico y productor de la zona de Chapadmalal en su establecimiento ubicado a 3 kilómetros del mar.
Toda su agricultura es en siembra directa, sistema que comenzó a adoptar en 1998 y que completó en 2000. En 2004 empezó a hacer siembras por ambientes -diferenciando lomas, medias lomas y bajos- y en 2010 sumó las dosis variables en todos los cultivos, incluido el girasol. En 2011 coronó su planteo productivo con la incorporación del riego. “Primero pusimos un equipo que cubre 140 hectáreas en dos círculos –explicó Barrios-, el año pasado instalamos el segundo equipo de riego que cubre 120 hectáreas con 3 círculos y en la última campaña comenzamos a regar girasol”. Precisamente de esa última cosecha de la oleaginosa está procesando los datos que mostrará en el 6º Congreso Argentino de Girasol que se realizará el martes 27 de mayo en el Sheraton Retiro. Allí dará a conocer los resultados del cultivo obtenidos en diferentes combinaciones de ambientes y tecnologías.
Mientras que en los lotes con girasol de la zona se obtienen rindes que rondan en 2.600 a 2.800 kilos por hectárea, Barrios encontró diferencias muy significativas entre distintos ambientes de su campo. “En un lote cercano a un arroyo que tiene un cauce de alrededor de 1 metro de profundidad, por lo tanto con aporte de napa, vimos que los rendimientos se van al orden de los 3.800 a 4.000 kilos –explicó Barrios-, y eso nos llevó a investigar sobre la posibilidad de regar”.