Los números agrícolas actuales no convalidan subas en los alquileres

En las negociaciones crece el pago en porcentaje y la extensión del contrato. Cambios en el valor de la soja.

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Más allá de la condición agronómica, la mayor intención de trigo no alcanzó para dinamizar el valor de los alquileres (La Voz).

Más allá de la condición agronómica, la mayor intención de trigo no alcanzó para dinamizar el valor de los alquileres (La Voz).

18deJuliode2014a las08:28

La foto que muestran los precios agropecuarios espanta a más de uno entre los productores que por estos días están negociando los contratos de alquiler. Es que a juzgar por esa instantánea y con la estructura de costos vigente, para tener la misma rentabilidad que se proyectó en la campaña pasada, el valor de los arrendamientos debería bajar un 20 por ciento. Algo que los propietarios no están dispuestos a realizar.

En esa puja de intereses, y mientras se desocupan los últimos lotes sembrados con maíz, las condiciones de renegociación de los contratos parecen no diferir mucho de lo pactado el año pasado.

“Está claro que el productor no va a vender a los precios actuales y que la cotización a la que calculará el potencial de la campaña 2014/2015 será un mix entre los máximos obtenidos hace cuatro meses y los valores actuales”, asegura Daniel Rivilli, director de la empresa Marca Líquida, propietaria de un fideicomiso agropecuario que durante la campaña pasada alquilo más de 16 mil hectáreas en Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires y Salta. Para el actual ciclo agrícola, que comenzó con el trigo, el fondo de inversión sólo tiene renovados nueve mil hectáreas.

Sin mayores cambios

En el escenario actual, el productor inquilino no está en condiciones de convalidar ninguna suba en el valor de la tierra. “Sólo los muy buenos campos, bien ubicados y que durante la campaña anterior hayan obtenido buenos rendimientos podrán aspirar a mantener las condiciones de arrendamiento alcanzados el año pasado. El resto deberá negociar hacia la baja, ya sea disminuyendo o eliminando el pago adelantado, reduciendo los quintales por hectárea, reemplazando todo o parte de los quintales fijos a porcentaje y en algunos casos con premio por rinde, o una combinación de ambas”, destaca Alejandro García Astrada, propietario de la inmobiliaria rural que lleva su nombre.

En las negociaciones actuales, las pretensiones de algunos dueños de ajustar el alquiler hacia arriba no están encontrando eco por parte de los productores. Como contrapartida, reciben de contraoferta, pagar lo mismo que en la campaña anterior –en el mejor de los casos–, ampliar el porcentaje (ya no tanto sumas fijas) y estirar los plazos contractuales.

La decisión de llevar a cabo contratos plurianuales está creciendo entre los productores, como una estrategia de darle más previsibilidad económica y agronómica al negocio del arrendamiento. “Se trata de una postura que está ganando adhesión entre los productores vinculados con instituciones técnicas, como Aapresid y el movimiento Crea”, reconoce Rivilli.