Del mito de la sustentabilidad a la realidad del compromiso ambiental
Una visión estática de la naturaleza generó el “principio precautorio” que reclama conocer las consecuencias de nuevas intervenciones agrícolas antes de implementarlas.
Una visión estática de la naturaleza generó el “principio precautorio” que reclama conocer las consecuencias de nuevas intervenciones agrícolas antes de implementarlas. Ante ese desafío se generaron en el sector productivo metodologías de “buenas prácticas” orientadas a una supuesta sustentabilidad.
“Pero es difícil definir cómo deberían ser esas prácticas a priori. Cambia el ambiente y lo que sabemos de él; cambian las tecnologías y las opciones, y la mejor práctica hoy puede ser mala mañana”.
Así lo indicó hoy Esteban G. Jobbágy, investigador del Grupo de Estudios Ambientales del Instituto de Matemática Aplicada de San Luis (Conicet-UNSL), durante una conferencia ofrecida en el Congreso Tecnológico CREA que se está desarrollando en Mar del Plata, Rosario y Santiago del Estero de manera simultánea.
“Si adoptamos una visión dinámica de la naturaleza y la sociedad y reconocemos la insustentabilidad de las actividades humanas, surge como opción superadora la propuesta del manejo adaptativo, que reclama implementar las nuevas intervenciones agrícolas en forma gradual y experimental, acompañándolas con mecanismos explícitos de monitoreo, análisis, comunicación y debate de sus impactos ambientales”, explicó Jobbágy.
“En esta visión, más que las buenas prácticas de producción, son más útiles las buenas prácticas de aprendizaje y negociación. El manejo adaptativo involucra múltiples escalas. Los efectos del desmonte sobre la materia orgánica del suelo y el stock de carbono, sobre las napas freáticas o las poblaciones de grandes mamíferos nativos, requieren observaciones y observadores distintos y deben en todos los casos y etapas sumar aportes del sistema de ciencia y tecnología”, añadió.
Jobbágy dijo que era improbable anticipar todas las consecuencias hidrológicas que el reemplazo de pasturas y montes por agricultura tendría en nuestras llanuras. Pero hoy, con el “diario del lunes”, las entendemos.