Los cítricos juegan en el descenso: del 8° al 11° puesto en la producción mundial
Sufrieron la mayor caída interanual entre los principales competidores por las heladas y la sequía; también influye la pérdida de capacidad exportadora.
|La exportación de naranjas viene en caída desde 2007, cuando alcanzó 200.000 toneladas. El año pasado despachó menos de la mitad. Foto: Ledesma
Tras una década de permanecer cerrado por cuestiones fitosanitarias, Chile acaba de reabrir su mercado a las naranjas argentinas.
La noticia es muy buena: la producción y exportación de esta fruta vienen en caída, Chile paga bien y está pegado al noroeste argentino (NOA) -la segunda región productora después del nordeste argentino (NEA)-, donde las economías regionales se vienen quedando fuera de competencia por el costo de los fletes.
No obstante, las heladas y la sequía del año pasado impactaron muy duro en la cosecha de cítricos (limón, naranja, mandarina y pomelo), al punto que la Argentina caería este año al 11° lugar en la producción mundial, desde el 8° que ocupó en 2013: de 2,83 a 1,67 millones de kilos, de acuerdo con un relevamiento de Federcitrus. Ningún otro país, de los primeros 20 del ranking mundial, tuvo una caída interanual tan pronunciada, y varios, incluyendo Brasil y Uruguay, aumentaron su producción, lo que lleva a pensar que los factores económicos agravaron el impacto de los daños climáticos.
Más allá de lo climático, la exportación argentina de naranjas viene en caída desde 2007, cuando alcanzó casi 200.000 toneladas. El año pasado se despachó menos de la mitad, 88.600 toneladas, y en los primeros diez meses de este año, alrededor de 66.300 toneladas.
Algunas de las razones de la debacle son exógenas. La crisis económica impactó en la demanda europea, el principalísimo destino de las naranjas argentinas.
Pero además, y sobre todo, está la cada vez mayor y mejor oferta de Sudáfrica, que tiene la misma latitud que Entre Ríos y Corrientes y compite en las ventas en contra-estación al Hemisferio Norte en el mismo momento. El país africano llevó adelante en los últimos años una política firme de exportación de esta fruta, a la que incluso se sumaron inversores argentinos, como la enorme citrícola San Miguel.