Recomiendan extremar precauciones por la reaparición del piojo de San José en frutales

Se trata de una plaga cuarentenaria en varios países que rechazan la comercialización de frutas picadas. Su presencia no puede ser aceptada y es imprescindible extremar las precauciones para lograr su erradicación.

Expertos de Syngenta recomiendan el uso de insecticidas desde noviembre hasta finales de febrero.

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26deEnerode2015a las15:19

El piojo de San José (Quadraspidiotus perniciosus) es un insecto del orden de los hemípteros, de la familia de los diaspididos. Se lo ubica dentro del grupo de las "cochinillas", puesto que pasa la mayor parte de su vida fijo y protegido por una escama de aspecto negruzco. Su cuerpo se asemeja al caparazón de una tortuga, que se adhiere firmemente a la madera de variadas especies vegetales. Se alimenta de la savia de las plantas insertando un estilete sobre la madera. Una vez que inserta su aparato bucal, se fija y no vuelve a moverse. Puede desarrollarse sobre más de 150 especies vegetales, en especial manzanos, perales, ciruelos, durazneros y cerezos. Se trata de una plaga muy extendida y con presencia en todas las zonas frutícolas de la Argentina, donde puede llegar a provocar severos daños económicos si no se la controla de manera apropiada.

Ciclo de la plaga

El piojo de San José inverna en forma de ninfa adherido a la madera. A partir de agosto se reactiva su metabolismo, hasta alcanzar su estado adulto. La primera generación comienza a nacer a partir de finales de octubre y alcanza su apogeo de mediados a finales de noviembre. Las ninfas recién nacidas se dirigen hacia los brotes tiernos de la parte superior de la planta, donde se adhieren y comienzan a alimentarse de los jugos de la planta. Al momento de insertar su aparato bucal comienzan a formar su escudo y a aumentar de tamaño hasta llegar a su adultez. Tiene varios ciclos, a tal punto que distintas generaciones siguen naciendo desde finales de enero y hasta finales de marzo. La bajas temperaturas pueden ralentizar su desarrollo, mientras que las altas temperaturas pueden acelerarlo. Sin embargo, las condiciones que encuentra en los valles de Río Negro y Neuquén le permiten tener ciclos de vida muy similares en distintas temporadas.

En la zona frutícola de los Valles de Río Negro y Mendoza, el piojo de San José ataca todos los cultivos frutales, en especial los de pepita como pera y manzana, pero también a los frutales de carozo. En las zonas del norte del país, en tanto, se la puede encontrar en especies cítricas. Es una plaga muy peligrosa cuando no se toman medidas preventivas: su aparición es rápida, mientras que es lenta su erradicación.

Cómo ataca

Esta plaga aparece en las ramas de la planta y con facilidad pueden observarse las densas colonias de escamas de adultos y ninfas adheridas a ellas. Con el avance de la temporada, sobre el fin de la primera generación, atacan los frutos y dejan una mancha circular de color rojo, que rodea al piojo de San José, con el centro blanco (donde insertó su estilete).