El tsunami que cayó del cielo sepultó ilusiones y preocupa por su intensidad

Miles de hectáreas permanecerán por meses bajo el agua con graves pérdidas en los cultivos y los tambos.

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Faltan obras y un adecuado manejo agronómico.

Faltan obras y un adecuado manejo agronómico.

14deMarzode2015a las10:00

Ya no se habla de días, ni de semanas, sino de meses para que el manto de agua que cubre extensas regiones de las provincias de Córdoba, Santa Fe y Santiago del Estero se convierta en un mal recuerdo.

El tsunami que cayó del cielo, en palabras del gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, ha provocado pérdidas todavía no cuantificadas de cultivos, cierre de tambos, aislamiento de poblaciones por la destrucción de puentes, caminos rurales, rutas pavimentadas y lo más lamentable: pérdidas de vida en la que se cuentan trabajadores rurales.

Las estadísticas nunca podrán describir ni mínimamente el drama que se vive desde que en las últimas semanas de febrero comenzaron a desplomarse en pocas horas bombas de agua de más de cien milímetros. Inclementes, estas precipitaciones se fueron acumulando una tras otra casi sin interrupciones hasta llegar a registros que superaron los 500 milímetros en 10 días como ocurrió en buena parte de la cuenca lechera cordobesa- santafecina. Vale consignar que la abrupta baja registrada en la entrega de leche de la región no tiene precedente, se calcula que alcanza al 50% con gran cantidad de tambos que tuvieron que tirar la toalla y cerrar.

Así, estas lluvias torrenciales y frecuentes terminaron por generar una masa de agua que aún hoy exhibe un tamaño descomunal a lo largo de miles de hectáreas y se mantiene en un constante movimiento hacia los campos más bajos. Los productores afectados entonces no son sólo los que perdieron en la lotería de las tormentas recibiendo los excesos de lluvias sino también a los que les entra el agua de los campos vecinos.

La gran mayoría de los maíces, sojas y sorgos que se encuentran bajo el agua venían con un estado excepcional de desarrollo. Hasta febrero ,el régimen de lluvias funcionó a pedido de las necesidades de los cultivos. No podía ser mejor. Claro, hasta que para algunos se excedió. Esto explica que salvo los castigados por las inundaciones, el resto de los productores espere rindes excepcionales. La provincia de Córdoba, quizás la más damnificada, tendrá una cosecha récord de 30 millones de toneladas de granos.