Limitarían el uso de biocombustibles tradicionales
En Europa tratan de desincentivar el uso de biocombustibles que proceden de cultivos y fomentar aquellos más avanzados.

Las nuevas normas tratan de desincentivar el uso de biocombustibles que proceden de cultivos.
El pleno del Parlamento Europeo dio anteayer luz verde a limitar a partir de 2017 el uso de biocombustibles tradicionales procedentes de cultivos como el maíz, el trigo, la remolacha o la colza. Las nuevas normas, que aún deben recibir el visto bueno final de los Estados miembros de la Unión Europea, tratan de desincentivar el uso de biocombustibles que proceden de cultivos y fomentar aquellos más avanzados, como los que se elaboran a partir de residuos, de algas o de paja.
La actual legislación europea exige a los países garantizar que la energía renovable sume por lo menos un 10% del consumo energético en el transporte en 2020 y las nuevas normas establecen que dentro de ese objetivo los biocombustibles tradicionales no puedan suponer más de un 7%, dos puntos por encima de lo propuesto originalmente por Bruselas.
Los Estados miembros tendrán, no obstante, la opción de establecer un umbral más bajo si lo consideran necesario. La idea es impedir que ese 10% se cubra en su totalidad con biocombustibles tradicionales, por el impacto que pueden tener sobre el aumento del precio de los alimentos, al competir con éstos a la hora de utilizar las tierras para su cultivo, entre otras razones.