Se realizaron las Primeras Jornadas Internacionales sobre Suelo y Fertilización
El evento fue organizado por Rizobacter y puso sobre la mesa los temas que más inciden hoy sobre la importancia de contar con una estrategia de fertilización que promueva beneficios a largo plazo.
El pasado 11 de junio, Rizobacter organizó las Primeras Jornadas Internacionales sobre Suelo y Fertilización: "Estrategias de Fertilización hacia la rentabilidad y sustentabilidad", en la ciudad de Rosario.
En presencia de un público de 150 personas, más otras 280 que lo pudieron seguir en vivo vía on line, Ricardo Yapur, CEO de la empresa, dio apertura al evento diciendo: "En una situación en donde el precio de los commodities es una variable que no podemos manejar, la estrategia es apostar al volumen; y para eso tenemos que aplicar tecnología".
"Estamos en un mercado de 3.200.000 toneladas. Aunque ha evolucionado mucho, la gran dependencia que aún hay de productos importados, suele complicar la disponibilidad. El caso del fósforo (P) es un ejemplo significativo. Argentina no cuenta con yacimientos propios y esto complica la posibilidad que tenemos de contar con la disponibilidad suficiente de esta fuente de energía. En este sentido, estamos en un "mercado de importados", donde Estados Unidos es el principal proveedor, y la logística pasa a ser una de las facetas más importante del proceso en la generación de tecnologías de fertilización, sostuvo María Fernanda Gonzalez San Juan, gerente ejecutiva de FERTILIZAR.
Una herramienta efectiva, y muy necesaria, para consolidar una estrategia de fertilización eficiente es el análisis de suelo; pero sin dudas aún no está instalada como práctica habitual. Actualmente 28 millones de toneladas de soja consumen el 28% de fertilizantes, mientras que el 25% corresponden a las 4, 5 millones de toneladas de maíz y el 17 % a las 3,6 millones de toneladas de trigo, según estudios realizados en el año 2013. Estos datos demuestran que se le está dando una importancia relativa a las gramíneas, ya que el 82 % corresponde a cultivos extensivos de la pampa húmeda. Por otro lado, las dosis utilizadas están lejos de ser las óptimas, aunque se sabe que las cantidades necesarias varían según suelos y condiciones. En soja, por ejemplo, se está aplicando una dosis de 66 kg por hectárea, argumentó Gonzalez San Juan.
Por su parte, el ingeniero agrónomo Jorge Gonzalez Montaner sostuvo que "si bien la nutrición del suelo es muy importante, la problemática de la conservación de los nutrientes se sostiene con una mayor rotación con gramíneas"
Destacó también, la fuerte incidencia que tiene el azufre en el funcionamiento del fósforo, ya que prácticamente duplica su capacidad de reposición. Y una de las mayores ventajas es que no hace falta reponerlos en momentos específicos de la siembra ya que posee un alto impacto residual.