¿Trabajar en campo de terceros es un salto al vacío?

Para buena parte de los productores la pregunta no tiene nada de exagerado y es su principal causa de insomnio. No hay duda que en las condiciones que impone el actual modelo económico, el riesgo a asumir no puede ser más alto. Claves para sembrar en campo alquilado.

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Ya no hay resto y la próxima campaña se juega en el mismo límite de la supervivencia empresaria.

Ya no hay resto y la próxima campaña se juega en el mismo límite de la supervivencia empresaria.

11deJuliode2015a las06:55

El interrogante sobre si sembrar es equivalente a tirarse al vacío se presenta después de haber concluido una de las campañas más decepcionantes de la historia: haber logrado rindes de excepción para perder plata o salir hechos.

"En abril estábamos muy optimistas ya que habíamos logrado rendimientos de soja jamás esperados. Pero cuando terminamos de hacer las cuentas nos dimos cuenta que los 4000 kilos promedio eran equivalentes en ingresos a los 2700 kilos de la campaña anterior, donde perdimos el 17% del capital de trabajo. Y como los costos de flete y cosecha son superiores el quebranto que se viene para esta campaña será aún mayor. Estamos comenzando a cosechar el maíz tardío y de los 900 pesos la tonelada que hoy vale, el 68% se lo lleva el flete y la cosecha.", razona Edgar Ramírez que trabaja desde hace años en campos del sur cordobés.

Conclusión: ya no hay resto y la próxima campaña se juega en el mismo límite de la supervivencia empresaria.

Con el capital de trabajo seriamente afectado y con un horizonte en el que sobra la incertidumbre buena parte de los productores que siembran en campos de terceros están evaluando la continuidad de su negocio. Sin embargo, hay factores sobre los que todavía hay márgenes de maniobra como para acotar sustancialmente el riesgo de la actividad y seguir apostando.

En definitiva, todo apunta a tomar el riesgo de sembrar después de haberse blindado con una estrategia defensiva y muy conservadora.

Los grupos CREA están trabajando sobre este tema y han identificado cinco aspectos claves:

Tecnología en su justa medida

La aplicación de la tecnología jugará un papel decisivo siempre teniendo en claro que la gran perdedora de la próxima campaña será la rotación. En algunos campos lo único rentable será la soja. "Es la primera vez que soy infiel a mi profesión. Siempre defendí la rotación, el buen cuidado del suelo y la fertilización. Pero la economía me ganó. Por primera vez voy a sembrar 89% de soja y 11% de maíz", confiesa Agustín Braun que desde hace diez años alquila un campo en Teodolina, en el sur santafecino.

La utilización de insumos deberá ser conservadora en el sentido de aplicarlos en los umbrales en los que se tiene certeza de seguridad de respuesta. Julio Lieutier, asesor del CREA Seguí-La Oriental, del norte de Buenos Aires, indica que "quien decida hacer maíz debería aplicar la dosis de fósforo estrictamente necesaria para que ese nutriente no sea limitante de los rendimientos".

No recomienda aplicar para "subir" el contenido de nutriente en el suelo en esta campaña. Para el norte de Buenos Aires, ese umbral es 20 partes por millón.

Con respecto a nitrógeno, para muchos campos de esa zona, las curvas de respuesta indican que una dosis segura para la actual relación insumo- producto, sería 120 kilos por hectárea entre lo provisto por el suelo más el agregado por fertilización. Dosis mayores corren el riesgo de no ser rentables si el clima no acompañara, según el técnico.

En materia de híbridos, será necesario elegir uno que combine alto potencial con estabilidad porque no pueden correrse riesgos de humedad a la siembra.

Sacar el pie del acelerador de la tecnología deberá realizarse con un criterio netamente profesional. De otro forma se pueden pagar costos demasiado altos. Atrasos y menos control de malezas e insectos puede generar daños que terminen por consumir la rentabilidad de los cultivos.