Alerta trigo: momento para estar atentos al fusarium

Es una enfermedad que le puede pegar muy fuerte al trigo. Y sobre todo en un año Niño como el actual, advierte el experto Marcelo Carmona. Las subas del trigo en el Matba podrían estar relacionadas.

Una de las principales enfermedades del trigo.

Una de las principales enfermedades del trigo.

03deOctubrede2015a las09:42

La fusariosis de la espiga del trigo (FET), causada por especies del género Fusarium, ocurre en todas las regiones cerealeras del mundo. Durante muchos años se consideró como una enfermedad secundaria en Argentina. Sin embargo, el aumento de su frecuencia de aparición y severidad en todo el Cono Sur, la convirtió en unas de las principales enfermedades del trigo. Y esta campaña es caracterizada por casi todos los Institutos que estudian la variabilidad climática como año Niño y es por ello que en algunas regiones la probabilidad de ataque puede ser alta.

El problema se destaca principalmente en las regiones de clima húmedo y de altas temperaturas, coincidiendo con los estadios de floración. Las epidemias generalmente están asociadas a períodos de mojado de la espiga prolongados (mayores a 48 horas) durante la antesis, extendiéndose hasta la formación de grano lechoso.

Fácilmente diagnosticable

Los síntomas de la enfermedad son fácilmente diagnosticados mediante la observación del blanqueado de las espigas y espiguillas y por la formación de los signos del patógeno en forma de una masa rosada salmón sobre las estructuras florales. Esta grave enfermedad, que reduce el rendimiento y la germinación de la semilla, es además peligrosa porque afecta la calidad alimentaria del grano y de sus subproductos, debido a la contaminación con micotoxinas, que son un riesgo para la salud humana y animal.

Los daños causados por la enfermedad son una marcada reducción del rendimiento de granos, disminución de la calidad comercial del grano (grano fusarioso = grano dañado) y reducción de poder germinativo y del vigor de la semillas. De las enfermedades de los cereales invernales, la FET es la que presenta las mayores dificultades de control y por lo tanto es un permanente desafío para fitomejoradores y fitopatólogos.

El aumento de la frecuencia y de los daños directos causados estaría asociado al cambio climático regional, monocultivo, mayor área sembrada con especies susceptibles, siembra directa y la poca rotación. Por lo tanto, el calentamiento global y las mayores precipitaciones, sumado a la inexistencia de cultivares tolerantes o resistentes y a la baja eficiencia de control químico, exigen una búsqueda inmediata de una solución.