Gesto de Buryaile para con un productor intimado por Monsanto

Buryaile tuvo un gesto en medio de la disputa entre Monsanto y la dirigencia del agro por el cobro de un canon de la nueva soja de la empresa.

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Habló con Marcos Rodrigué, a quien la empresa le quiso cobrar compulsivamente; le anticipó una nueva ley de semillas.

Habló con Marcos Rodrigué, a quien la empresa le quiso cobrar compulsivamente; le anticipó una nueva ley de semillas.

29deMarzode2016a las07:53

El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, tuvo un gesto en medio de la disputa entre Monsanto y la dirigencia del agro por el cobro de un canon de la nueva soja de la empresa, Intacta, resistente a insectos. Buryaile tomó su teléfono y llamó al productor Marcos Rodrigué, que hace diez días amenazó a Monsanto con plantearle un amparo judicial si le retenía en el puerto US$ 15 por tonelada de soja en concepto de canon.

El llamado a Rodrigué ocurrió ayer cerca del mediodía y, según pudo reconstruir LA NACION, entre otros temas, el funcionario le dejó entrever que está de acuerdo con el reclamo de los productores. Mediante un acuerdo con exportadores, la multinacional instrumentó un sistema de control para detectar la presencia de sus productos transgénicos (eventos, en la jerga) con un test en acopios y puertos. De esa forma, pretende lograr el cobro del canon en caso de que el productor no lo haya pagado antes. Los productores firman una cláusula en los contratos de granos aceptando el test. La dirigencia del agro denuncia que la compañía procura realizar así una retención compulsiva. En tanto, Monsanto replica que su modelo es opcional y que el productor puede seguir usando la tecnología anterior (resistente a glifosato), que no paga canon.

Posición de Buryaile

"Está de acuerdo con el reclamo de los productores y también con el ingreso de las tecnologías", afirmó Rodrigué sobre las palabras de Buryaile. Rodrigué, uno de los productores más importantes del país, pagó dos campañas un canon en la compra de la bolsa de semilla y esta campaña iba a negociar con Monsanto, pero no ocurrió. Al final, la empresa le mandó facturas para cobrar en el puerto.

El ministro también le señaló que hace falta una ley de semillas que contemple todos los temas en debate, entre otros, las regalías y el uso propio (semilla que se guarda el productor para volver a sembrar). La ley vigente es de 1973, cuando la soja apenas se sembraba en 376.700 hectáreas y no existía la biotecnología, que hoy permite hacer cultivos resistentes. En ese momento tampoco se reguló el uso propio.