Cae por la recesión la venta de combustible

Los surtidores de todo el país muestran que el letargo que traía la economía desde el kirchnerismo se profundizó en los primeros seis meses de Mauricio Macri

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"La baja en las ventas de gasoil indica una caída de la actividad económica. Allí no se nota aún la recuperación del campo".

"La baja en las ventas de gasoil indica una caída de la actividad económica. Allí no se nota aún la recuperación del campo".

01deSeptiembrede2016a las08:34

Los surtidores de todo el país muestran que el letargo que traía la economía desde el kirchnerismo se profundizó en los primeros seis meses de Mauricio Macri en la Casa Rosada. Las ventas de combustibles cayeron 3,51% entre enero y junio, según números oficiales, pero el dato que mejor muestra la baja en el nivel de actividad es que el mayor tropezón lo registró el gasoil, un producto directamente relacionado con el mundo del trabajo. Ese combustible se desplomó 12,43%. Otros valores son aún más preocupantes: si bien las ventas de gasoil cayeron todos los meses, en abril anotó un llamativo retroceso del 23,14%.

El GNC, una alternativa más económica que el gasoil y también relacionada con la actividad económica (muy utilizado por taxis, remises, fletes y transportes escolares, entre otros), mostró un comportamiento similar. En el primer semestre retrocedió 5,65%, mientras que registró en junio la caída más notable del año, por encima del 13%.

Las anteriores son cifras que elaboró Cecha, la confederación que reúne a estaciones de servicio de todo el país, en base a números del Ministerio de Energía. Su presidente, Carlos Gold, dijo a LA NACION: "La baja en las ventas de gasoil indica una caída de la actividad económica. Allí no se nota aún la recuperación del campo".

El directivo también le asigna a los incrementos de precios una parte de la responsabilidad por la caída de las ventas, en especial en el caso del GNC, que después de los aumentos de gas que se aplicaron en abril saltó a $ 9 el metro cúbico en la ciudad de Buenos Aires, con un aumento del orden del 95% (si bien el Gobierno fija los valores mayoristas, cada dueño de estación de servicio puede poner el precio que quiera), donde juega también una dificultad impositiva, según observan los dueños de estaciones.