Para que el rendimiento no se fugue

Determinados ambientes maiceros presentan todos los años diferentes “excusas” por donde se “fugan” rendimientos potenciales altos de maíz. Alguna de estos problemas tienen solución y están al alcance del productor.

La tecnología de complementación foliar en nutrición, hace que parte del flete cueste la tercera parte.

La tecnología de complementación foliar en nutrición, hace que parte del flete cueste la tercera parte.

19deOctubrede2016a las09:33

Hay un dicho que dice que las excusas no se depositan en la cuenta corriente ni pagan las cuentas. Entendiendo por excusas aquellas circunstancias que fueron las responsables de no llegar a determinados rendimientos objetivos en el cultivo de maíz y que podrían haber sido resueltas por el productor a partir del uso de la tecnología de manejo correcta.

Los factores que el productor puede usar para taponar fugas, pasan fundamentalmente por tener correctos manejos de control de plagas, enfermedades y nutrición. Referido  a este último punto, cada vez más queda en claro que el problema no solo se encuentra encuadrado en fertilizaciones a base de Fósforo, Azufre o Nitrógeno. Estas son sin duda algunas indispensables para lograr altos rendimientos potenciales, pero llevarlos a la realidad pasa muchas veces por complementar nutrientes que permiten optimizar los procesos fisiológicos dentro de la planta, para que la misma pueda expresar toda su productividad.

Entre varios micros u oligo elementos, el Zinc está mostrando ser un factor sumamente limitante del rendimiento y es por donde los mismos suelen “fugarse” y no expresarse como sería necesario. Podemos compararlo a una canilla que gotea permanentemente, cada gota es insignificante en volumen, pero a lo largo del día, las cantidades pérdidas son importantes. Si esto ocurre en una zona donde el agua es escasa, las perdidas relativas son aún mayores. Lo mismo ocurre con el cultivo de maíz. COMPO Expert, compañía líder en nutrición foliar complementaria posee las herramientas para cortar las “fugas de rinde” y llevar a la realidad las expectativas de rendimiento.