Productores apuestan a la hidromiel y multiplican la rentabilidad

En Formosa, una organización agrega valor a su producción y comercializa bebidas especiales bajo la marca colectiva Rincón de Miel.

Programa Del Territorio Al Plato, promovido por el INTA.

Programa Del Territorio Al Plato, promovido por el INTA.

16deMayode2017a las10:11

La relación entre las abejas y los Dimitruk lleva, al menos, más de un siglo. Llegada desde Ucrania en 1914 con el impulso de un joven carpintero, la familia de origen eslavo se asentó en territorio formoseño y comenzó a trabajar con las primeras colmenas. Hoy, Carlos Dimitruk, nieto de aquel inmigrante, preside una organización de 35 pequeños apicultores caracterizados por un producto estrella: la hidromiel.

“No es vino ni es licor, está en el medio”

“No es vino ni es licor, está en el medio”, dijo Dimitruk, quien definió a la hidromiel en la categoría de “bebidas espirituosas”. Como presidente de la Asociación de Apicultores de Ibarreta (Formosa), no ocultó su orgullo al declarar que su marca colectiva, Rincón de Miel, ya está difundida en todo el país. Desde esa agrupación, sus integrantes sostienen una vinculación estratégica con los extensionistas del INTA Ibarreta desde el inicio de sus actividades, hace ya 27 años. En conjunto, realizaron distintas capacitaciones y aprendieron a fortalecerse como grupo para organizar compras de insumos y procesos de agregado de valor en diversos productos de la colmena.

“La hidromiel es un producto elaborado con 30 % de miel y 70 % de agua”, explicó el presidente de la asociación, quien agregó: “El proceso es hervirlo un tiempo, enfriar, inocular levadura. Generalmente no se le agregan conservantes”. De acuerdo con Dimitruk, este proceso lleva un mes de fermentación primaria, al que siguen entre seis a ocho meses de fermentación secundaria. Luego se clarifica el líquido, se envasa y está listo para la venta. A su vez, los productores suelen conservar una determinada cantidad de hidromiel, dado que puede añejarse al igual que los vinos, lo cual aporta distintos aromas y gustos especiales.

Para Dimitruk, la ecuación es muy sencilla: “La hidromiel es el agregado de valor por excelencia en los productos de la colmena”. Lo explicó en estos términos: mientras que un tambor de miel de 300 kilos posee un valor de 10 mil pesos, al transformarlo en hidromiel se puede aumentar hasta diez veces su valor. “Le sacamos más o menos 150 mil pesos, de lo que se descuentan los insumos, el transporte, las etiquetas, el envasado y la mano de obra”. Al respecto, añadió: “Elaborar estos productos produce mucha mano de obra con las personas del pueblo y eso genera desarrollo local”.