Una tecnología contra la sequía que trasciende fronteras

Se trata de las semillas HB4 de soja y trigo resistentes a sequía, desarrolladas por el grupo de Raquel Chan, investigadora superior del CONICET.

Con la tecnología HB4 las plantas tienen una tolerancia superior en periodos de sequía y un rinde mucho mayor.

Con la tecnología HB4 las plantas tienen una tolerancia superior en periodos de sequía y un rinde mucho mayor.

06deAbrilde2018a las09:09

En un escenario donde se producen pérdida de toneladas de alimentos por las sequías, a la principal amenaza para los cultivos, se le suma un aumento de la población estimada en 9 mil millones de personas para el año 2050.

En 2012, el equipo dirigido por Raquel Chan logró repercusión internacional al desarrollar la primera tecnología transgénica desarrollada íntegramente en Argentina: la HB4. Junto a su equipo, hace más de 15 años se propuso estudiar cómo las plantas se adaptan al medio ambiente sin saber que su desarrollo traspasaría las barreras del laboratorio.

Actualmente, en el caso del trigo, su liberación final depende del dictamen de la Dirección Nacional de Mercados Agropecuarios y en el caso de la soja HB4 se espera la aprobación de China para su comercialización.

Cabe destacar que en 2004 el CONICET y la UNL patentaron una construcción genética que contenía el gen de girasol Hahb-4 y lo licenciaron a la empresa argentina Bioceres conformando una alianza pública privada exitosa.

Según Chan: “Ellos tienen un know how y una posibilidad que nosotros no tenemos desde nuestro punto de vista científico, primero que son agrónomos y empresarios y nosotros somos biólogos moleculares e investigadores. El manejo de plantas a campo y en laboratorio requiere conocimientos distintos. Además, y muy importante, tienen el conocimiento y experiencia en gerenciamiento empresarial que los científicos carecemos”.

En este contexto, a la escasez de alimentos y a las consecuencias del cambio climático se le suma que los cultivos más importantes a nivel mundial -soja, trigo, arroz y maíz- tienen un crecimiento inferior con respecto a lo que aumenta la población mundial. “Hay que desarrollar tecnologías para que no lleguemos a un momento en el que haya guerras por la comida”, sostiene la doctora Raquel Chan, investigadora superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), directora del Instituto Agrobiotecnológico del Litoral (IAL, CONICET-UNL) y profesora titular de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).

La tecnología HB4 como hito: repercusión nacional e internacional

Con la tecnología HB4 las plantas tienen una tolerancia superior en periodos de sequía y un rinde mucho mayor. Como diferencial este gen mejora la capacidad de adaptación de las plantas a situaciones de estrés, sin afectar su productividad. “Eso no quiere decir que estas plantas crezcan en el desierto. Ningún ser vivo puede vivir sin agua, lo que hace esta tecnología es permitirles tolerar un lapso de tiempo mucho mayor con una ingesta de agua menor a lo largo de todo su ciclo de vida y una pérdida de rendimiento menor. O sea, dependiendo del nivel de déficit hídrico, una planta que no tiene la tecnología se muere o rinde muy bajo”, explica Chan.

Para lograr tal desarrollo se combinaron varias cuestiones: un momento ideal de asociación público-privada, apoyo estatal, empeño de la empresa y de los investigadores para sacar adelante el proyecto en forma conjunta.