La erosión hídrica afecta al 26% de los suelos argentinos

La lluvia arrastra los nutrientes en los suelos con pendientes. Las terrazas son una buena alternativa de manejo.

En las lluvias importantes, el agua que “corre” lava la materia orgánica y se reduce la fertilidad del suelo, si no se toman medidas

En las lluvias importantes, el agua que “corre” lava la materia orgánica y se reduce la fertilidad del suelo, si no se toman medidas

23deAbrilde2018a las08:40

Un estudio científico, realizado por especialistas del Instituto de Suelos del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA, determinó que alrededor del 26% del territorio argentino presenta niveles de erosión hídrica que superan las tasas tolerables. De allí se desprende que al año se pierden alrededor de 1.500 millones de metros cúbicos de suelo. Es una capa de 0,5 milímetros de espesor.

“Estamos perdiendo no solo aquellos suelos que son la base de las producciones agropecuarias del país, sino que descuidamos los servicios ecosistémicos que nos prestan, como el almacenamiento de carbono”, advirtió Miguel Taboada, director del Instituto de Suelos del INTA.

Entre Ríos es una de las provincias que mayores dificultades enfrenta por una característica de su geografía: las famosas “cuchillas”, que generan pendientes importantes. Jorge Gvozdenovich, especialista en manejo y conservación de suelos del INTA Paraná, explicó que cuando llueve la gota golpea contra el suelo, y el grado y la distancia que tenga la pendiente del paisaje hacen que el agua que no se infiltra en el lote tome velocidad y arrastre suelo.

“La lluvia se lleva la materia orgánica y los nutrientes que están en los primeros 20 centímetros. Es un proceso rápido y degrada la fertilidad del campo. Si no se controla este proceso, la erosión reduce los rindes de los cultivos”, avisó Gvozdenovich.

Federico Fritz, especialista en suelos del área de Ambiente de Aacrea, coincidió en que la pérdida de productividad de las tierras no solo daría lugar a menores rendimientos agrícolas, sino también provocaría cambios socioeconómicos en muchas regiones. “Conservar el suelo es fundamental para la sostenibilidad de las generaciones futuras”, señaló.