Fitosanitarios: cuando hacer las cosas bien marca la diferencia

Desde el INTA, destacan la importancia de aplicar las buenas prácticas agrícolas, un elemento distintivo que agrega valor a los productos y abre las puertas a nuevos mercados

Las Buenas Prácticas Aagropecuarias en Córdoba tienen indicadores que se controlan y se validan.

Las Buenas Prácticas Aagropecuarias en Córdoba tienen indicadores que se controlan y se validan.

05deSeptiembrede2018a las16:28

En una conocida frase, Henry Ford sostenía que “calidad significa hacer las cosas bien, incluso cuando nadie te está mirando”. No importa cuántos años pasen, seguirá vigente. Es el caso de quienes impulsan las buenas prácticas agropecuarias para el uso de fitosanitarios y ponderan esta estrategia como elemento distintivo que agrega valor.

“Hacer las cosas bien es un valor muy preciado que permite diferenciar los productos, lo que abre las puertas a nuevos mercados”, señaló Juan Cruz Molina, director del Centro Regional Córdoba del INTA, quien se refirió a las buenas prácticas agropecuarias (BPA) como un “concepto revalorizado” que implica hacer las cosas mejor de lo que establece la ley.

En este sentido, se mostró orgulloso al señalar que “cada vez somos más quienes hablamos y ponderamos las BPA”, al ritmo que aumenta la cantidad de productores que se suman a esta iniciativa. Para Molina, uno de los caminos para sumar adeptos es el de los incentivos tanto económicos como motivacionales.

“Ofrecer incentivos a quienes aplican las BPA es una estrategia que funciona en Córdoba”, argumentó el director y exsecretario de Agricultura de la provincia, quien especificó que, además del beneficio económico que perciben los productores, aprecian uno intangible como es lograr un cartel de validación para la tranquera de su campo.

Molina aseguró que es clave poder mostrar a sus vecinos que hacen las cosas bien, basado en indicadores de estas prácticas y en un sistema de control que lo legitima. Además, confirmó que el proyecto sigue en pie con proyección de expansión hacia Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos.

En referencia a la desconfianza que generan los fitosanitarios en la sociedad en general, Molina no dudó en explicar que “esto se debe al desconocimiento generalizado de los avances de la agricultura y de la ganadería del siglo XXI” y fue tajante al argumentar que “si tuviéramos muchos más efectos nocivos y negativos respecto a la salud o al ambiente, tendríamos muchos más indicadores y hechos evidentes de impacto, algo que no sucede”.