Hallazgo en San Luis: el primer nido de abejas construido solo con plástico
Fue un descubrimiento casual de la FAUBA. La abeja cortó más de 20 piezas de bolsas de residuos. No saben si no encontró otros materiales o prefirió el plástico por alguna razón desconocida.
|Descubrieron en San Luis el primer nido de abejas hecho enteramente de plástico
Luego de su uso, una gran cantidad de envases y bolsas plásticas de diversos insumos de la actividad agrícola quedan en el ambiente. Estos residuos pueden modificar la diversidad y el comportamiento de la fauna silvestre. Una investigación de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) en colaboración con el Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar de la Región de Cuyo (INTA) corroboró este hecho al encontrar, por primera vez en el mundo, un nido de abejas construido enteramente de dos tipos de desechos plásticos en un campo de producción de semillas en la provincia de San Luis.
“Fue un hallazgo casual. Nuestro equipo de trabajo se especializa en estudiar cómo los insectos silvestres influyen en la polinización de los cultivos agrícolas. Ocurrió mientras relevábamos qué polinizadores había en la zona. Las abejas son un grupo importante y en general, existen algunas que construyen panales de cera en donde viven en comunidad —las más conocidas— y otras que son solitarias y construyen nidos a partir de restos vegetales que obtienen de su entorno. Para registrar estas últimas, colocamos bloques de madera con un agujero —trampas— en donde estos insectos suelen nidificar”, contó Juan Pablo Torretta, docente de la cátedra de Botánica General de la FAUBA.
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“Habíamos puesto más de 60 trampas y en una de ellas registramos el primer nido de abeja del mundo compuesto totalmente de piezas plásticas. Además, comprobamos que el insecto usó dos tipos diferentes de este material derivado del petróleo para construir las tres celdillas que componen el nido. Las primeras dos eran de un fino plástico celeste y la última de un plástico blanco y más grueso. La abeja cortó más de 20 piezas de bolsas de residuos y las colocó una por una en forma de barril dentro de la madera”, añadió a partir del estudio que publicaron en la revista científica Apidologie.
A pesar de que los investigadores no vieron al individuo responsable del nido, saben que pertenecía a una especie de Megachile. “Las abejas de este grupo son solitarias y algunas arman sus nidos en huecos. Usan materiales vegetales que recogen del ambiente, como pedazos de hojas, pétalos y barro, para construir celdillas donde ponen un huevo en cada una, junto con polen y néctar para que cuando la larva emerja, pueda alimentarse. Un nido puede tener hasta 6 crías, aunque está limitado principalmente por el espacio disponible”, explicó Torretta, quien también es investigador del Conicet.