El 2019 cerró con lluvias que revirtieron la situación del maíz y la soja
Hasta el último día del año se registraron precipitaciones en diferentes puntos del país. El acumulado pluvial permitió que lugares que tenían déficit hídrico reviertan su situación.
La primavera fue crítica para los cultivo de soja y maíz, ya que la falta de lluvias generó inconvenientes para el desarrollo de los cultivos. Pero hacia el final de 2019 la situación se revirtió y las precipitaciones permitieron sostener el potencial maicero y el crecimiento de la soja.
Según la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario, el verano comenzó con el establecimiento de una masa de aire muy cálido y húmedo desde la Amazonia que fue clave en la mejora pluvial.
Un punto de inflexión para maíz y soja
Tal como había señalado GEA, el núcleo de la región pampeana necesitaba de 100 a 200 milímetros para el maíz tempranos. Finalmente, en la última semana de 2019 las lluvias se hicieron realidad.
Con los datos recabados hasta el 30 de diciembre, el informe de GEA destacó que la situación de los suelo dio un vuelco. En este sentido, se detalla que las áreas más afectadas por los últimos seis meses de lluvias casi ausentes pasan a estar con excesos hídricos. “El verano comienza con excelentes noticias interrumpiendo la prolongada escasez”, aseguraron desde la BCR.