Coronavirus: los 4 medicamentos que se están probando y otros posibles tratamientos

Grupos de médicos y científicos trabajan en varios países para probar si los medicamentos que ya existen pueden ser efectivos contra el coronavirus.

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Coronavirus: los 4 medicamentos que se están probando y otros posibles tratamientos
17deAbrilde2020a las06:30

Hasta la fecha, no hay una vacuna o medicamento específico probado para prevenir o tratar la enfermedad COVID-19. Ante la falta de tratamientos o terapias que aseguren una mejora, circulan muchas desinformaciones que prometen falsamente una solución contra el virus, como tomar café, hacer gárgaras con agua y sal o aspirar vapor de agua.

Estas desinformaciones son peligrosas y tenemos que evitar todos que circulen. Algunas porque pueden ser dañinas en sí mismas, como las que aseguran que el clorito de sodio puede “matar” el virus, cosa que no sólo no hace sino que puede ser perjudicial para la salud. Otras, porque generan expectativas e ilusiones que luego no se cumplen, y pueden llevar a las personas a tomar riesgos para su salud al pensar que luego podrán curarse fácilmente.

Mientras tanto, diferentes grupos de médicos y científicos trabajan en varios países para probar si los medicamentos que ya existen pueden ser efectivos contra el coronavirus, desarrollar nuevos tratamientos y buscar vacunas que puedan prevenir la infección. Un resumen de lo que sabemos hasta el momento sobre estos avances.

Hay cuatro fármacos que está probando la Organización Mundial de la Salud (OMS) en las pruebas clínicas de Solidarity, en distintos países del mundo, entre ellos la Argentina. Estos son:

La hidroxicloroquina y cloroquina, los medicamentos contra la malaria

La cloroquina es un medicamento utilizado hace muchos años contra la malaria (enfermedad causada por un parásito). Existe un derivado, la hidroxicloroquina, que se administra contra enfermedades como la artritis reumatoidea y el lupus.

Ambos medicamentos se están probando para el coronavirus. La hidroxicloroquina Se presentó como una de las grandes esperanzas, especialmente por parte del presidente norteamericano, Donald Trump, pero aún no hay evidencia científica de que funcione.

Parte del impulso vino de un estudio realizado por un médico en Francia, que aseguraba haber tenido resultados en un pequeño grupo de pacientes. Sin embargo, desde entonces, la revista científica que lo publicó se retractó y alertó que el estudio no cumple con los requisitos de rigurosidad necesarios.