Una empresa japonesa demuestra el alto control de malezas de sus herbicidas
Asegura que obtuvo resultados “muy buenos”; qué efecto generaron los productos aplicados en los módulos de ensayo de soja y maíz
En las últimas siete campañas, los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) avanzaron con el Proyecto Malezas: se trata de un relevamiento de datos y de ensayos a campo en los que se evalúan tecnologías para combatir a las especies que cada año complican más a la producción agrícola.
Según Pablo Fernández Barrón, coordinador de este programa (malezascrea.org.ar) que se aplica en todas las regiones agrícolas argentinas, la información se obtiene de diversas fuentes: el Sistema de Encuestas Agropecuarias (SEA) que responden de manera cuatrimestral los socios; los Datos Trazados Crea (DAT) que es una herramienta para miembros que permite hacer más eficiente el almacenamiento y análisis a través de una base de datos unificada; y el Radar Agrícola, un instrumento que posibilita calcular el resultado del negocio en distintos momentos y escalas espaciales.
“En cada región se evalúan puntualmente aquellas especies que están generando más dolores de cabeza y se diagraman módulos de estrategia para determinar los mejores mecanismos de control. No solo se testean soluciones químicas, sino también la implementación de cultivos de servicio, la intensificación de rotaciones o los laboreos”, explica Fernández Barrón.
Uno de los puntos flacos que ha detectado CREA es que hay una brecha muy importante en la adopción de tecnologías: hay solo UN 8% que participa en su desarrollo y un 18% que son primeros adoptantes. El resto, tarda en incorporarlas: un 54% prefiere observar qué resultados van obteniendo los primeros adoptantes; y hay un 20% que solo las adiciona a su estrategia cuando ya están probadas.
Las malezas más problemáticas detectadas en el promedio nacional son yuyo colorado, rama negra, raigrás, Echinochloa, sorgo de alepo, Chloris y Trichloris, nabo, Eleusine, Borreria y Pappophorum.