¿Hay que transformar los sistemas agroalimentarios?

Julio Berdegué, Representante Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura

¿Hay que transformar los sistemas agroalimentarios?
14deOctubrede2021a las16:43

El hambre en América Latina y el Caribe aumentó en 14 millones de personas en 2020. Con ello la región perdió lo que había avanzado en 20 años de lucha contra este flagelo.

Al mismo tiempo, la pandemia aceleró la crisis de sobrepeso y obesidad. Cayeron los ingresos de las familias, y aumentaron los precios sobre todo de los alimentos perecibles que son más sensibles a las disrupciones de las cadenas de abastecimiento y distribución. La combinación de menores ingresos y precios más altos de los alimentos, hizo que millones transitaran hacia dietas más baratas y de menor calidad nutricional. Ya vemos encuestas que nos anticipan cifras elevadas de obesidad, incluyendo entre niñas, niños y adolescentes.

Son 113 millones de latinoamericanos y caribeños los que no pueden permitirse lo que para ellos es el lujo de una dieta saludable, y están condenados a comer mal, y, por tanto, a enfermarse y a vivir vidas menos plenas. Incomprensiblemente, América Latina y el Caribe es la región del planeta donde es más caro consumir una dieta saludable.

La pandemia ha puesto en riesgo alrededor de 451 millones de empleos a lo largo del sistema alimentario global.  En la región, ello contribuyó al fuerte aumento en la pobreza, a la que se sumaron 22 millones de personas en nuestra región en un solo año. Este problema es particularmente duro en las áreas rurales donde el 45% de la población es pobre.

La recuperación económica y social está siendo muy desigual. Los países desarrollados lograrán superar sus niveles de producto interno bruto (PIB) per cápita en 2021, pero al menos 18 países de la región deberán esperar tres o más años, para regresar al nivel en que estaban en 2019.

La pandemia ha sido una catástrofe humanitaria con ondas repercusiones sociales y económicas, que nos ha hecho relegar a un segundo plano la madre de todas las batallas de la humanidad, la relacionada con el cambio climático.