Con foco en la agronomía: la estrategia probada que le permite a la soja y al maíz aprovechar al máximo cada gota de agua
La sequía obliga a pensar en manejos tardíos y hay ensayos (con bases científicas) que ayudan a sortear las restricciones de agua
La prolongada sequía generó una muy escasa disponibilidad de agua en los perfiles de los suelos que, además de provocar altas pérdidas en la producción de trigo, generó retrasos en la siembra de cultivos de verano (maíz, soja y girasol) y obligó a pensar en los manejos tardíos.
Fertilizar Asociación Civil planteó en este escenario restrictivo cómo “la nutrición de cultivos contribuye a sortear la restricción de humedad”.
La fertilización mejora la eficiencia del uso de agua y los rindes
La gerente ejecutiva de Fertilizar, María Fernanda González Sanjuan, aseguró que “manejando la nutrición, se puede mejorar la eficiencia de cada gota que cae”. Y más enfáticamente: “cuando el escenario de restricción es por agua, es importante enfocarnos en la agronomía, para comprender cuál es el aporte de cada tecnología y manejarla adecuadamente. Cuando los cultivos están mejor nutridos generan más kilos de grano por cada milímetro llovido. Eso se llama eficiencia de uso de agua”.
El coordinador del Comité Técnico de Fertilizar y docente de la UNLPam, Martín Díaz-Zorita y el Coordinador Técnico de la asociación, Nicolás Rouillet, compartieron las bases científicas que respaldaron esas afirmaciones y dieron recomendaciones para la nutrición de los cultivos de verano relacionadas al uso del agua.
“Producir es transformar la energía solar en azúcares y proteínas”, planteó Diaz-Zorita. Dentro de ese proceso -la fotosíntesis- “el agua es un recurso escaso que junto al dióxido de carbono van a formar los azúcares en presencia, funcional y constitutiva, de nutrientes (nitrógeno, fósforo, azufre, potasio y zinc)”. Citó el caso del girasol y del maíz, cuyo 70-80% del resultado de producción “se explica en la cantidad de agua disponible en las plantas durante su crecimiento: en la medida que se tienen mejores condiciones habrá más rendimientos”, resaltó.
Esta relación positiva mejora en condiciones adecuadas de nutrición por lo que a una misma cantidad de agua disponible se produce más cuando los nutrientes disponibles no limitan el crecimiento de las plantas. Aclaró que “en maíz, la fertilización combinada de fósforo y nitrógeno genera mayor cantidad de raíces y más profundas: más suelo para que exploren las plantas. Al nutrir estamos ampliando el suelo”.
En soja, “la fertilización con fósforo permite formar más nódulos. Es más energía para las plantas y así más sustento para la nutrición nitrogenada desde el aire, la columna vertebral del cultivo”.