Motochorros de choclos: el drama de un productor que paga $30.000 por noche para proteger su campo de los saqueos
Los ladrones venden las bolsas de choclo a un camión que se posa en Las Lajitas, por cada paquete les pagan $3000

Alejandro Schej es un productor salteño que vive una pesadilla por un grupo de motochorros que actua en la zona rural. Con 180 hectáreas, afronta una angustiante situación por los saqueos de maíz.
“La gente comenzó a venir del pueblo Coronel Mollinedo que está a 4 kilómetros, y el sábado anterior comenzaron a sacar choclos. El lunes tuvimos que venir nosotros, al parecer entre ellos se whasapean, se pasan los mensajes por las redes, porque lamentablemente la finca se encuentra en la ruta provincial N° 4 y al fondo pasan las vías del ferrocarril”, contó a La Nación.
El productor tiene que afrontar gastos extraordinarios de $15.000 por cada personal adicional de la policía que supervisa la zona a partir de las 17 e impedir que los delincuentes sigan saqueando el lote; en total desembolsa por noche $30.000.
El drama es total, ya que en la zona (entre Las Lajitas y Apolinario Saravia) muchos decidieron apostar al maíz tardío, por lo que hay muchos lotes para saquear.
“Contraté personal adicional de la policía para poder cuidar las 24 horas. Tengo dos personas adelante, dos atrás y nos vamos alternando así las 24 horas, pero ellos [los ladrones] van y vienen. Si los atrapás te dicen que es para comer”, expresó durante una entrevista con Belkis Martínez.
Los ladrones venden las bolsas de choclo a un camión que se posa en Las Lajitas, por cada paquete les pagan $3000, según pudo saber Schej. Por moto se están llevando tres bolsas, que representan $9000 y cada bolsa tiene 110 choclos.
“Hay gente que conozco que viene y me pide una bolsa, yo se la doy, pero sin hacer daño. Ahora, estos entran por la cortina que tengo con el campo del vecino y entran al mío. El otro día agarré siete motos que estaban en grupo. En una moto iban 14 tipos ¿cómo iba a hacer frente a 14 tipos? Con la policía agarramos seis”, explicó.
“Llegué a confiscar 20 bolsas y todavía hay adentro. [Los ladrones] deambulan por el lugar, esperando que se descuiden los chicos [que cuidan] para entrar y llevarse las bolsas. Ahora no vienen solo en moto, sino en camionetas”, amplió, aún sin una solución viable al problema.