¿Se viene El Niño? Lo que puede pasar con las lluvias durante el verano y el impacto en el agro

Con un pie en la campaña gruesa, resalta la importancia de las  condiciones climáticas de diciembre y el resto del verano. Actualmente, la soja de primera se encuentra en fase de crecimiento o en el estado de floración dependiendo de la región del país y el maíz atraviesa el período crítico por lo tanto es más vulnerable a las condiciones meteorológicas adversas como lluvias torrenciales o sequías y a temperaturas extremas.

Durante el verano meteorológico que acaba de comenzar (diciembre-enero-febrero), sobre las zonas productivas normalmente suelen registrarse eventos de tormentas con frecuencia porque es la época estival donde aire cálido y húmedo desde Paraguay (o latitudes más bajas) llega con más facilidad, empujado por viento norte hacia la franja central -entre otros factores-. Esta situación genera un aumento de las precipitaciones. Aunque en algunos veranos el aumento de la humedad no es tan fácil de ocurrir.

Hay veranos más secos, hay veranos más húmedos, ¿cómo puede venir este?

Todo parece indicar que el Océano Pacífico Ecuatorial pierde enfriamiento, dicho en otras palabras, La Niña se debilita y los pronósticos computacionales anuncian que desde febrero 2026 entramos en una neutralidad para luego ingresar a un evento El Niño.

Lo cierto es que en primavera hubo lluvias regulares en muchas provincias y esto ayudó a que la campaña de trigo sea récord con promedios en los rindes de casi 40 qq/ha, algo excepcional.

En las últimas semanas se observó una disminución de los episodios de lluvias y en Chaco, Santiago del Estero, partes de Córdoba y el litoral entraron en falta de agua o sequía leve. Es posible que en el transcurso de la primera parte del verano meteorológico esto se acreciente, ya que hay consenso en que las lluvias serían inferiores al promedio sobre todo en el litoral.

En el mapa de consenso del SMN junto a otros Organismos y Entidades del campo vemos en color marrón las zonas que tendrían menos lluvia de lo habitual (mientras más oscuro es el marrón mayor probabilidad de ocurrencia de dicho fenómeno) donde se destacan Entre Ríos, Corrientes y Misiones, con menor probabilidad a que esto ocurra (marrón más claro) sobre Córdoba, La Pampa, oeste de Buenos Aires y norte y este de la Patagonia. Esto no significa que no llovería nunca sino que en el promedio de los tres meses las precipitaciones acumuladas no alcanzarían las estadísticas medias.

Sobre el norte argentino, en gris vemos las zonas donde las lluvias serían normales, lo mismo que en el centro y oeste de la Patagonia mientras que en color verde, las provincias que esperan un verano lluvioso que son las del noroeste.