Lula prometió relanzar el Mercosur

03deDiciembrede2002a las08:02

"Y sí... es como cualquier brasileño que te podés cruzar en la calle, por eso ganó las elecciones", murmuró con tono confidente un periodista del influyente diario Folha de Sao Paulo.

Un colega rioplatense acababa de confesarle su sorpresa por el tono humilde con el que el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, el presidente electo de una de las diez economías más grandes del mundo, ratificó ayer en la Argentina su voluntad de relanzar el Mercosur.

De allí la importancia de un encuentro de representantes de ambos países que Lula y el presidente Eduardo Duhalde acordaron realizar en Brasilia el 14 del mes próximo.

Pero el diseño de esa reunión fue sólo una de las numerosas actividades que el presidente electo de Brasil realizó en Buenos Aires, a donde llegó anteanoche en cumplimiento de su promesa electoral de que la Argentina sería su primer destino en el exterior si ganaba en las urnas.

Lula también se refirió, y mucho, a la política. Pidió a los argentinos que no pierdan "su confianza en la política, sino que elijan a candidatos éticos" en las próximas elecciones. Y también insistió en la idea de crear un Parlamento del Mercosur.

Lula, que había llegado anteanoche a Buenos Aires, volará hoy mismo rumbo a Chile y terminará su gira en EE.UU. Pero en las escasas 24 horas que permaneció en la Argentina el líder del Partido de los Trabajadores cumplió con una agenda apretada, a la que imprimió un ritmo alegre que terminó contagiando a muchos.

Estuvo en la residencia presidencial de Olivos, donde se reunió tres veces a solas con el presidente Eduardo Duhalde y su gabinete y compartió cordero patagónico con empresarios de la talla de Amalia Lacroze de Fortabat y el sindicalista Rodolfo Daer. Brindó con vinos finos junto con los gobernadores Carlos Reutemann y Felipe Solá, que aparecieron inesperadamente, y juntos, para sumarse al almuerzo.

Recibió las llaves de la ciudad de Buenos Aires de manos del jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra. Y hasta se permitió un consejo: "Les digo a los argentinos que elijan un candidato que sea ético, que comparta las ideas de libertad y soberanía y que logre en ese camino cambiar la historia de la Argentina".

Antes de terminar el día con una recepción en la embajada de Brasil, Lula se tomó un tiempo para ir al Congreso para saludar a los legisladores.

En su maratónica jornada el presidente electo brasileño, que asumirá el 1° del mes próximo, repitió hasta el cansancio que considera a la Argentina un aliado estratégico para negociar con los organismos internacionales de crédito. "Para intentar superar las crisis económicas las naciones pasan a ser dependientes de los flujos financieros internacionales. Quedamos a merced de especuladores que muchas veces no saben siquiera dónde están situados nuestros países", advirtió.

Pero nunca prometió con todas las letras que intercederá ante el presidente George W. Bush para que ayude a la Argentina en sus duras negociaciones con el Fondo Monetario.

"Es cierto. No se habló de ese tema", admitieron voceros de Lula ante una consulta de LA NACION. "Lula hablará con Bush sobre la promoción del Mercosur en general", se atajó, por su parte, el senador Aloizio Mercadante.

Pero más allá de esa laguna el presidente Eduardo Duhalde y Lula se entendieron "muito bem", según confió con una sonrisa satisfecha un colaborador del líder brasileño. Tanto, apuntó por su parte un funcionario argentino, que en los tres encuentros que tuvieron a solas los presidentes pidieron a la traductora que los dejara conversar sin intermediarios. En "portuñol".

Mientras Marisa era recibida por la primera dama, Hilda "Chiche" González de Duhalde, que eligió un traje rojo fuego para la ocasión, Duhalde compartió con Lula un desayuno brasileño.

Tema dominante

Después se trasladaron a la sa