Las petroleras y el Gobierno discuten hoy las retenciones
27deFebrerode2003a las08:49
Ya lejos de las asperezas que provocaron fuertes críticas mutuas esta semana, las compañías petroleras y el Gobierno se aprestan a cerrar el acuerdo que congelará el precio de los combustibles hasta el 31 de marzo, y si las posiciones no se endurecen, un mes más. Hoy, con mejor predisposición desde ambos lados, se discutirá el nivel de retenciones a las exportaciones, algo que determinará las ganancias que tendrán las empresas en momentos en que el crudo alcanza los 37,70 dólares por barril.
Tanto en el Gobierno como en las compañías coincidían anoche en que había pocas divergencias sustanciales y que el convenio podría firmarse en pocas horas. En rigor, luego del acuerdo en el sector privado pactado anteayer, que alejó el susto oficial a nuevas alzas de precios, y casi con la certeza de que el Poder Ejecutivo no cumplirá la amenaza de subir las retenciones al 100%, existen menos urgencias de ambos lados.
"El factor tiempo podía jugarnos mal a todos. El Gobierno ya sabe que no vamos a subir los precios y que la idea es colaborar", decían anoche entre los productores.
Los empresarios están, esta vez, más cerca de aceptar la propuesta del ministro de Economía, Roberto Lavagna: no aplicar retenciones del 100%, sino mantenerlas en el 20% hasta un precio de US$ 36 el barril de petróleo; de un 40% para entre los 36 y los US$ 40, y de un 70% para valores superiores. A cambio, tienen pensado pedir una reducción del impuesto por debajo de los US$ 25, algo que, según evaluaban anoche en el sector, podría ser avalado.
El razonamiento tiene lógica: si Lavagna acepta esa baja, probablemente no deberá aplicarla durante su gestión, que terminará en dos meses.
"Se hablaba de subir la retención al 100 por ciento. Me parece que esto está a mitad de camino entre lo que pedían ellos y nosotros", afirmó un representante de los productores.
Ayer por la mañana, el vicepresidente de Pecom, Oscar Vicente, se reunió con Lavagna para exponerle la postura del sector. "Ya hay acuerdo de palabra, falta firmarlo", dijeron en el Palacio de Hacienda.
En las empresas juzgaban como un acierto la firma del convenio paralelo entre privados. Haberse anticipado, reflexionaban, había sepultado cualquier sospecha de que la industria estaba amenazando con alzas. "Tiene que quedar claro que la voluntad nuestra no es aprovechar un beneficio externo, como es lo que ocurre con los precios en el conflicto bélico. La idea siempre fue no compensar con el mercado local, sino con el de afuera", agregó uno de los ejecutivos.
El aporte del Gobierno
El documento firmado anteayer entre los empresarios consiste, básicamente, en una prórroga hasta el 31 de marzo del convenio sellado en enero, que prevé un precio mayorista de crudo de US$ 28,5 y un sistema de compensación de precios entre los productores y refinadores. Se agrega, además, un plus de 90.000 m3 de suministro para estos últimos en abril y un tope para que la compensación no rija más allá de los US$ 36.
Juan José Aranguren, presidente de Shell, estaba ayer conforme con lo conseguido. "Creo que acertamos en no denunciar el acuerdo anterior -dijo a LA NACION-. Estoy satisfecho porque le pusimos un precio mayorista al crudo y eso va a beneficiar al consumidor. Ahora, necesitamos que participe el Gobierno: debe recordar que, cuando baje el precio internacional, los precios internos no bajarán inmediatamente, porque debemos devolverles a los productores el monto por esta estabilidad tarifaria."
<>Por Francisco Olivera
De la Redacción de LA NACION
Tanto en el Gobierno como en las compañías coincidían anoche en que había pocas divergencias sustanciales y que el convenio podría firmarse en pocas horas. En rigor, luego del acuerdo en el sector privado pactado anteayer, que alejó el susto oficial a nuevas alzas de precios, y casi con la certeza de que el Poder Ejecutivo no cumplirá la amenaza de subir las retenciones al 100%, existen menos urgencias de ambos lados.
"El factor tiempo podía jugarnos mal a todos. El Gobierno ya sabe que no vamos a subir los precios y que la idea es colaborar", decían anoche entre los productores.
Los empresarios están, esta vez, más cerca de aceptar la propuesta del ministro de Economía, Roberto Lavagna: no aplicar retenciones del 100%, sino mantenerlas en el 20% hasta un precio de US$ 36 el barril de petróleo; de un 40% para entre los 36 y los US$ 40, y de un 70% para valores superiores. A cambio, tienen pensado pedir una reducción del impuesto por debajo de los US$ 25, algo que, según evaluaban anoche en el sector, podría ser avalado.
El razonamiento tiene lógica: si Lavagna acepta esa baja, probablemente no deberá aplicarla durante su gestión, que terminará en dos meses.
"Se hablaba de subir la retención al 100 por ciento. Me parece que esto está a mitad de camino entre lo que pedían ellos y nosotros", afirmó un representante de los productores.
Ayer por la mañana, el vicepresidente de Pecom, Oscar Vicente, se reunió con Lavagna para exponerle la postura del sector. "Ya hay acuerdo de palabra, falta firmarlo", dijeron en el Palacio de Hacienda.
En las empresas juzgaban como un acierto la firma del convenio paralelo entre privados. Haberse anticipado, reflexionaban, había sepultado cualquier sospecha de que la industria estaba amenazando con alzas. "Tiene que quedar claro que la voluntad nuestra no es aprovechar un beneficio externo, como es lo que ocurre con los precios en el conflicto bélico. La idea siempre fue no compensar con el mercado local, sino con el de afuera", agregó uno de los ejecutivos.
El aporte del Gobierno
El documento firmado anteayer entre los empresarios consiste, básicamente, en una prórroga hasta el 31 de marzo del convenio sellado en enero, que prevé un precio mayorista de crudo de US$ 28,5 y un sistema de compensación de precios entre los productores y refinadores. Se agrega, además, un plus de 90.000 m3 de suministro para estos últimos en abril y un tope para que la compensación no rija más allá de los US$ 36.
Juan José Aranguren, presidente de Shell, estaba ayer conforme con lo conseguido. "Creo que acertamos en no denunciar el acuerdo anterior -dijo a LA NACION-. Estoy satisfecho porque le pusimos un precio mayorista al crudo y eso va a beneficiar al consumidor. Ahora, necesitamos que participe el Gobierno: debe recordar que, cuando baje el precio internacional, los precios internos no bajarán inmediatamente, porque debemos devolverles a los productores el monto por esta estabilidad tarifaria."
<>Por Francisco Olivera
De la Redacción de LA NACION
