El campo paralizó el comercio de granos

04deMarzode2003a las08:27

La comercialización de cereales permaneció ayer totalmente paralizada en todo el país durante el primer día de protesta convocado por el campo y la cadena agroindustrial, responsables del 50 por ciento de las exportaciones.

Aunque el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, deslizó la posibilidad de un acercamiento con los sectores de la producción y el comercio de granos, hasta ayer no había ocurrido ningún contacto formal. "Es importante destacar que el agro está pasando por un buen momento y todos sabemos que estamos en emergencia y que el sector exportador juega un papel destacado", opinó Atanasof en referencia al ingreso de divisas.

A su vez, el secretario de Agricultura, Pesca y Alimentos, Haroldo Lebed, consideró que el reclamo del agro es razonable y expresó que tiene "una esperanza de que haya una revisión para encontrar un punto de equilibrio" a propósito de la política tributaria impulsada por el Ministerio de Economía respecto de la producción agropecuaria. "Por supuesto que no me pone contento el paro, porque perjudica al sector, pero yo cumplí con el papel de vocero de las entidades junto con el ministro de la Producción y seguiremos intentándolo porque confío en la reflexión de Economía", dijo Lebed a LA NACION.

Recintos vacíos

Las entidades del campo se unieron con las empresas exportadoras y las bolsas de cereales y decidieron no comprar ni vender granos hasta el viernes próximo en reclamo de una solución al crecimiento de la presión impositiva.

Básicamente, rechazan la negativa del Gobierno de autorizar un ajuste por inflación en los balances y por la rebaja al 10,5% del impuesto al valor agregado (IVA) en los granos que, según los productores, les adjudica un crédito fiscal "incobrable".

En la misma sintonía, las firmas agroexportadoras exigen al Estado el pago de una deuda por unos 800 millones de dólares en concepto de devolución del IVA y del factor de convergencia.

"Si no hay una respuesta, la idea es volverse a juntar con los demás eslabones de la cadena para analizar qué puede hacerse", dijo ayer el gerente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara), Alberto Rodríguez, al tiempo que agregó: "Aspiramos que esta paralización llame la atención del Gobierno porque no queremos llegar más lejos; no creo que haga falta hacer un piquete para que haya respuestas".

Una de las premisas de la medida es no afectar el abastecimiento de alimentos a la población y tampoco interferir en la producción "tranqueras adentro". Se trata de una protesta inusual que incumbe sólo a la comercialización de cereales y oleaginosas, pero que desliga a otras actividades como el comercio de carnes y lácteos.

"La aparente inocuidad del paro es deseada para que no afecte a nadie, porque hay que tener mucho cuidado de no incrementar el problema social en el país", opinó el vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Luis Biolcati, y consideró que representa un "llamado de atención" al Gobierno porque aún sigue pendiente una entrevista con el presidente, Eduardo Duhalde, solicitada hace dos meses. En disidencia con la medida, el titular de Coninagro -una de las cuatro entidades que representan a los productores agropecuarios campo-, Mario Raiteri, criticó la "oportunidad y el método" de la medida. "Cuando se haga un paro en serio voy a participar, pero a este no lo entiendo porque sólo perjudica a la producción", dijo.

Ayer, la jornada se caracterizó por los recintos de la bolsas de cereales y Comercio de Buenos Aires, Rosario y Bahía Blanca vacíos, con la presencia de unos pocos operadores pendientes más de los acontecimientos del paro que de los negocios.

Esto implicó que no pudiese fijarse precio alguno de referencia para la comercialización de la soja, el maíz, trigo y girasol, entre otros.

Tampoco se libraron órdenes de vent