Los arrendamientos caros y el negocio que no cierra

El costo de indiferencia de la soja pasa a ubicarse entre 30 y 32 quintales. Llegan capitales de afuera del sector atraídos por retornos de 15% a seis meses

16deMayode2003a las08:32
Diego Maranesi, productor y asesor en la zona núcleo, dice que allí se está pidiendo en la actualidad un piso de 14 quintales de soja para alquilar un campo por un año. Pero no sólo se trata de un monto mayor sino que los dueños de los campos lo exigen todo junto, en efectivo y al momento de cerrar el acuerdo. “Ya no corre más aquello de que una parte se pagaba cuando se levantaba el trigo”, dice Maranesi. De esta forma, al costo económico hay que agregarle el costo financiero de la inmovilización del capital.

El profesional no tiene dudas de que esto es el resultado del ingreso de capitales de origen extrasectorial que ante la falta de alternativas de inversión son derivados a la producción agrícola, generando una demanda de campos que elevan los precios de los arrendamientos. “Con estos números el costo de indiferencia de la soja sube a 30 o 32 quintales; una locura”, dice. En su visión, esos inversores manejan expectativas de rentabilidad menores que los productores y entonces están dispuestos a pagar más por un alquiler.

“A un contratista conocido, que siembra 15.000 hectáreas en la zona de Venado Tuerto le han pedido 14 quintales de soja”, confirmaba un operador comercial de Rosario, en diálogo con Infochacra. Sin embargo, el empresario sostiene que no sólo se trata de dinero que llega desde afuera del sector, sino básicamente de los mismos productores que se encuentra muy líquidos financieramente y no cuentan con otras posibilidades adonde canalizar el dinero.