Certidumbre para la industria aceitera
Para mantener su actual posición como el mayor proveedor internacional de productos procesados, la Argentina requiere una fuerte actitud en contra de la competencia desleal
La Argentina ha atravesado durante los últimos veinte años cambios de modelos y políticas económicas, con fuertes impactos en la industria. Sin embargo, hay algo que los argentinos, desde los distintos roles públicos y privados, supimos hacer bien: el desarrollo de la cadena oleaginosa y su inserción en el mercado mundial.
Hoy, dentro del concierto de los grandes productores de aceites vegetales y harinas proteicas somos la industria de referencia, y esto ha sido posible por la eficiencia de la cadena productiva de la cual somos parte. Ello nos ha permitido ser el mayor proveedor internacional de productos procesados y contar con el parque industrial más moderno del mundo.
La producción de soja de América del Sur por segundo año consecutivo superó la originada en Estados Unidos. No obstante, los problemas de competencia desleal siguen persistiendo y, de no mediar una fuerte actitud en defensa de los intereses de la cadena oleaginosa, éstos se agravarán.