Brutal asalto y torturas a un chacarero
El grado de impunidad que el partido bonaerense de Pergamino ofrece a la delincuencia rural es superlativo y escandaloso, habida cuenta de la cantidad de violentos asaltos que asuelan la zona y que llegaron, no hace mucho, al punto de quemar vivo a un productor. Pese a ello, las autoridades siguen fracasando en su deber de garantizar la seguridad
Por estas horas el país discute qué hacer, azorado ante aberrantes crímenes urbanos, y la agenda política absorbe sin objeciones esa demanda. Pero nadie debería perder de vista que la inseguridad no es sólo un flagelo que acosa a las ciudades. El campo, el interior, también padecen este síntoma de desintegración social que esa misma agenda no previno en el debido momento.
Después de incontables reclamos de la filial local de Federación Agraria a las autoridades políticas, policiales y judiciales de ese partido, Pergamino puede considerarse hoy la capital nacional de la inseguridad rural.
Federación Agraria, en nombre de todos los hombres y mujeres que viven y trabajan en el campo argentino, exige a las autoridades la determinación necesaria de hacer cumplir las leyes y los deberes del Estado. Hoy, estas mismas chacras asoladas por criminales son las que aportan la mayor parte de los ingresos fiscales y las que contribuyen ineludiblemente a sostener la economía. Por lo tanto, es menester que el Estado les devuelva parte de lo que percibe de ellas en seguridad, en garantías para poder seguir produciendo.