Por un trigo sano

El Ing. Agr. Ms. Sc. Marcelo Carmona de la FAUBA, opinó que productores, investigadores, profesionales, técnicos y asesores deben asociarse en un nuevo y gran desafío: generar una cultura del Manejo Integrado de Enfermedades (MIE) para afianzar la sustentabilidad, aumentar la producción y satisfacer las exigencias sanitarias y de calidad internacionales, en un mundo con necesidad de integración.

21deMayode2004a las15:36

Las enfermedades están causando significativas y crecientes pérdidas en la mayoría de los cultivos extensivos. Así lo aseguró el Ing. Agr. Ms. Sc. Marcelo Carmona de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA), durante su alocución “Manejo Integrado de las enfermedades del trigo: nuestra oportunidad para asegurar la sustentabilidad del cultivo”.

En el marco del segundo encuentro de los Seminarios Crompton 2004, realizado hoy en la Sociedad Rural de 9 de Julio, provincia de Buenos Aires, organizado por dicho laboratorio y Technidea, con el auspicio de Mejorcosecha.com.ar, el sitio web dedicado a la optimización de la producción de cereales y oleaginosas, Carmona afirmó que en el caso del trigo, los daños promedio en América del Sur, oscilan entre el 20 y el 30 por ciento, valores que pueden ser mayores, de acuerdo con el genotipo, las características del patógeno y las condiciones ambientales.

“Los principales procesos biológicos afectados por los patógenos son la fotosíntesis, la respiración, la translocación de agua y nutrientes, y la reproducción. Cualquier interferencia en estos procesos vitales genera un mal funcionamiento de la planta. Sin embargo, el efecto más negativo es la absorción ineficiente de la radiación. Esto provoca disminución de la fotosíntesis, mayor reflectancia, menor biomasa y desvíos de energía y fotoasimilados, usufructuados por los patógenos o utilizados por la planta en sus mecanismos de defensa. Estos efectos se visualizan mediante la generación o anticipo de senescencia, disminución del índice del área foliar, de la radiación solar absorbida y de la duración del área foliar sana. Dichos cambios son atribuibles a una disminución en el contenido de clorofila o al mal funcionamiento o destrucción de cloroplastos, cambios energéticos, hormonales, bioquímicos, hídricos, ocasionados por el “parasitismo” colonizador de los patógenos”.