El desembarco extranjero aún no terminó - Por Ignacio Iriarte (*)
De concretarse todas las negociaciones en marcha, el capital extranjero pasaría a manejar 15 frigoríficos en el país. La industria nacional teme presión sobre la oferta de hacienda.
No se habría terminado la ola de compra de frigoríficos nacionales por parte de capitales brasileños y estadounidenses; pero si se concretaran todas las operaciones que actualmente están en la etapa de due dilligence (análisis y evaluación para la compra), el capital extranjero pasaría a disponer de 15 plantas, que comprenden 19 por ciento de la faena del país. Estas empresas demandarían 50 por ciento de los novillos pesados de exportación y el 40 por ciento de las vacas que se matan con el mismo destino, y recibirían en su conjunto 40 por ciento de la cuota Hilton.
Al menos, en el corto plazo, no vemos el riesgo de una cartelización que logre manejar el precio del novillo pesado o de la vaca; y en el corto y mediano plazo todo indica que habrá más negocios con el exterior que novillos y vacas disponibles.
El novillo pesado, especialmente, es una mercadería cuya oferta está en suave declinación, por los errores de la política K, y por el continuo aumento del área –y de la rentabilidad– agrícola. La mayoría de las empresas exportadoras recién adquiridas tienen ambiciosos planes de faena, siguiendo el paradigma de sus países de origen: las plantas deben elevar las faenas al máximo, para reducir la incidencia de los costos fijos.