La ganadería, al filo del "ser o no ser"
El productor pecuario está parado en la tranquera de la dolorosa disyuntiva de reducir los stocks o liquidarlos y optar por sembrar soja, la estrella agrícola de la Argentina, que junto con otros cultivos causó un retroceso de once millones de hectáreas ganaderas en los últimos años.
Hay una faena de hembras “superior a los niveles de tolerancia, ya que ronda el 43 % de liquidación de vacas y vaquillonas”, confirmó el economista jefe de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Ernesto Ambrosetti. “Si la tendencia continúa durante siete, ocho meses a un año, podríamos confirmar que se ingresará en una fase de liquidación de vientres”, analizó el especialista quien reconoció que la actividad ganadera se redujo en los últimos dos años en un 30 %, por falta de inversión en infraestructura y renovación de pasturas.
PANORAMA COMPLICADO. Por lo tanto detrás de las tranqueras ganaderas, el panorama no es alentador ya que se sospecha que un porcentaje de las hembras que ingresan a los frigoríficos son madres en gestación y se sabe que otra parte son terneras.
La Dirección de Mercados Agroalimentarios de la Secretaría de Agricultura de la Nación (Sagpya) publicó que en 2005 se faenaron 14.251.529 cabezas.
En esa cifra hubo una participación del 43 % de hembras; en diciembre de 2007, la cantidad de hembras sacrificadas llegó casi al 50 %, y en dos años creció la faena anual en más de un millón y medio de cabezas, a pesar de que se encuentra restringida la exportación.
RAZONES. El productor ganadero que aceptó la tentación de pasarse a la agricultura lo hizo desalentado por los intentos del Gobierno para controlar los precios, el cierre de las ventas al exterior y la falta de señales claras en el sector, opinan los analistas consultados por la agencia Noticias Argentinas.