La derrota en su versión más increíble

El paseo al final fue un vía crucis. Los Kirchner sufrieron esta madrugada en el Senado el traspié más contundente de su historia política, cuando el vicepresidente Julio Cobos se negó a salvarlos en el insólito desempate de la votación de la ley a la que ataron la suerte de su proyecto de poder. El histórico no de Cobos llenaba de incertidumbre el futuro inmediato del país.

17deJuliode2008a las05:18

Hace seis meses, el matrimonio presidencial se enorgullecía de contar con un aluvión de votos en el Senado: 48. Dos tercios. Manos libres hasta para avanzar en una reforma constitucional. Ayer, con el bloque hecho jirones, llegó a penar por conseguir el hipotético voto 37: Ramón Saadi, un hombre que sólo fue clave en la política cuando lo destituyeron como gobernador de Catamarca porque se sospechaba que había encubierto el asesinato de María Soledad Morales.

No le alcanzó, pero aquella imagen de caricatura ilustró tal vez como pocas el momentó que se vivió en las últimas horas. La decisión de los Kirchner de convertir la sanción del aumento de las retenciones en una cuestión vital para su gobierno los dejó en una trampa. Ganar la votación era un carísimo premio consuelo. Perder, una "herida de muerte" para el Gobierno, como llegó a decir el jefe de los senadores oficialistas, Miguel Pichetto. La sola opción de un empate acorraló al vicepresidente entre su rechazo al proyecto del Poder Ejecutivo y su "responsabilidad institucional". Parecía una cuestión de elegir un modelo de derrota.