Una práctica sustentable que genera grandes beneficios económicos

Gracias a la inoculación se obtienen casi 5 millones de toneladas más de soja cada campaña, que significan unos 1500 millones de dólares adicionales con un costo de apenas 100 millones de dólares.

16deOctubrede2008a las13:29

“De unos 800 ensayos realizados por Inocular surge que la ganancia mínima de rendimientos entre una soja inoculada y otra que no lo fue, es de 300 kg/ha. Si tomamos esos 300 kg y tenemos en cuenta que la media de rendimiento país es de 3.000 kg/ha, podríamos decir que de la práctica de la inoculación proviene el 10% de la producción nacional, casi 5 millones de toneladas de soja que se generaron gracias a una bacteria que fijó nitrógeno atmosférico”, explicó Pablo Lafuente, de Laboratorios Biagro S.A., miembro del Proyecto Inocular, destinada a promover el uso de inoculantes.

En la actualidad, el 80% de la superficie sojera se inocula, a un costo de 5 o 6 dólares por hectárea. A un promedio de 300 dólares la tonelada, “estas 5 millones de toneladas representan unos 1.500 millones de dólares. Mientras que el costo de la práctica de la inoculación es de 100 millones de dólares, que es lo que vale inocular las 17 millones de hectáreas implantadas con soja”, agregó.

Pero los beneficios de esta práctica serían aún mayores: “Hilando fino habría que analizar cuánto de esos nódulos y raíces de soja que quedan en el suelo una vez que se cosecha la planta, se transforman en nitrógeno no químico asimilable por la planta en la próxima campaña. Lo que es importante desde el punto de vista de la fertilización es entender que ningún productor hace soja con fertilizantes nitrogenados”, explicó. Claro que, si la estrategia de inoculación va combinada con una correcta reposición de fósforo, los alcances de la práctica se potencian.

Es decir, cuando otros nutrientes, como el fósforo y el azufre, interactúan en el cultivo junto al inoculante “pueden generar una mayor cantidad de nódulos y nitrógeno fijado. Ensayos que realizamos demostraron que algunas fuentes de minerales junto con el inoculante estimulan el desarrollo de los nódulos fijadores de nitrógeno”, recordó Lafuente.