Los contratos de arrendamiento de campos se negocian a la baja
En plena cosecha, los productores ya miran la próxima campaña. Los números más ajustados presionan a la baja los nuevos acuerdos.
Si bien aún están preocupados en levantar la cosecha de soja y en función de ello definir los números para la próxima campaña, ya empiezan a perfilarse algunas tendencias en cuanto a arrendamientos agrícolas se trata, en función de la rentabilidad obtenida. Todo parece indicar que irían a la baja, sobre todo en las zonas más afectada por la sequía y también se modificarían las formas de pago. Una tendencia que ya se vislumbraba desde fines de 2008, la cual se reflejando en varias ediciones de este diario.
A pesar de que aún no hay renovaciones de alquileres, distintos especialistas dieron cuenta de cierta tendencia de cara a la nueva cosecha.
Para la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), la cantidad y simutaneidad de factores negativos que está experimentando el negocio agrícola es tan significativa que en el ciclo 2008/09 no hará distinción alguna entre empresas arrendatarias de campos: pequeñas, medianas y grandes terminarán con números rojos y escaso margen para conseguir financiamiento a tasas accesibles.
Julio Lieutier, productor de la provincia de Buenos Aires y sur de Córdoba, indicó que el que alquila sufre una desterritorialización por los bajos rindes que alcanza el 50 por ciento. "Se está esperando terminar la campaña para ver cuánto se puede recuperar. El productor chico empezará a reducir la cantidad de superficie para después empezar a charlar", señaló.
