Con o sin poder, ésa es la cuestión
El flamante Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación enfrenta un evidente problema de identidad.
Nadie sabe con algún grado de certeza si detrás del cartel de ministerio, un viejo reclamo del sector agropecuario, trabajarán funcionarios con el suficiente poder como para desarrollar una política agropecuaria. Una asignatura que no sólo está pendiente, sino que ya tiene categoría de extravagancia en un país al que le sobra capacidad de producir y exportar alimentos, pero que no se cansa de dilapidar oportunidades.
La gestión del matrimonio Kirchner, como nunca había ocurrido antes, vació de poder a la Secretaría de Agricultura hasta dejarla como una caja vacía. O boba, según cómo se lo interprete. Las decisiones que importan para la actividad agropecuaria hace años que dejaron de tomarse en el viejo edificio de la avenida Paseo Colón.